Definición de liderazgo

Ralph M. Stogdill, en su resumen de teorías e investigaciones del liderazgo, señalaba que concepto”.

Aquí se entenderá el liderazgo gerencial como el proceso de dirigir las actividades laborales de los miembros de un grupo y de influir en ellas.

Esta definición tiene cuatro implicaciones importantes. En primer término, el liderazgo involucra a otras personas; a los empleados o seguidores.

Los miembros del grupo, dada su voluntad para aceptar las órdenes del líder, ayudan a definir la posición del líder y permiten que transcurra el proceso del liderazgo; si no hubiera a quien mandar, las cualidades de liderazgo del gerente serían irrelevantes.

En segundo, el liderazgo entraña una distribución desigual del poder entre los líderes y los miembros del grupo.

Los miembros del grupo no carecen de poder; pueden dar forma, y de hecho lo hacen, a las actividades del grupo de distintas maneras.

Sin embargo, por regla general, el líder tendrá más poder.

¿De dónde emana el poder del administrador? Al explicar las cinco bases de poder del gerente: poder de recompensar, poder correctivo, poder legítimo, poder de referencia y poder experto.

Cuanto mayor sea la cantidad de estas fuentes de poder que estén a disposición del gerente, tanto mayor será su potencial para ser un líder efectivo.

Sin embargo, en la vida de las organizaciones, se suele observar el hecho de que los gerentes de igual nivel –con la misma cantidad de poder legítimo– tienen capacidades muy diferentes para aplicar el poder de recompensar, de coacción, de referencia y de experto.

Así pues, el tercer aspecto del liderazgo, es la capacidad para usar las diferentes formas del poder para influir en la conducta de los seguidores, de diferentes maneras.

De hecho, algunos líderes han influido en los soldados para que se mataran y algunos líderes han influido en los empleados para que hicieran sacrificios personales para provecho de la compañía. El poder para influir nos lleva al cuarto aspecto del liderazgo.

El cuarto aspecto es una combinación de los tres primeros, pero reconoce que el liderazgo es cuestión de valores.

James McGregor Burns argumenta que el líder que pasa por alto los componentes morales del liderazgo pasará a la historia como un malandrin o algo peor.

El liderazgo moral se refiere a los valores y requiere que se ofrezca a los seguidores suficiente información sobre las alternativas para que, cuando llegue el momento de responder a la propuesta de liderazgo de un líder, puedan elegir con inteligencia.

Como afirma Michael Josephson, conocido estudioso de la ética: “La ética no se aprende de personas moralistas, que nos sermonean o tratan de predicar sobre cuestiones éticas; la ética se aprende de las personas que admiramos y respetamos, que ejercen su poder sobre nosotros.

Ellas son las que en verdad nos enseñan la ética. Es importante reforzar los ideales, si son sinceros.

Es muy importante que los líderes y los modelos de roles, trátese de estrellas de los deportes o políticos, hagan declaraciones éticas positivas, siempre y cuando no sean hipócritas».

Las actividades  administrativas,  y el primero es  muy importante para las segundas, el concepto de liderazgo no es igual al de administración. Warren Bennis, al escribir sobre el liderazgo, a efecto de exagerar la diferencia, ha dicho que la mayor parte de las organizaciones están sobre administradas y sublidereadas.

Una persona quizá sea un gerente eficaz —buen planificador y administrador justo y organizado—, pero carente de las habilidades del líder para motivar.

Otras personas tal vez sean líderes eficaces —con habilidad para desatar el entusiasmo y la devoción—, pero carentes de las habilidades administrativas para canalizar la energía que desatan en otros.

Ante los desafíos del compromiso dinámico del mundo actual de las organizaciones, muchas de ellas están apreciando más a los gerentes que también tienen habilidades de líder.

Fuente: Apuntes de la materia de la Administración 2 de la Unideg