Deformaciones culturales

El análisis de las nociones de prejuicio y estereotipo, que son conceptos clásicos en psicología social, permite captar una de las modalidades de expresión de nuestros sistemas perceptivos, y precisar los mecanismos de elaboración mental y social de lo real, así como el funcionamiento de las opiniones y de las creencias sociales.

Prejuicios y estereotipos mantienen entre sí estrechas relaciones. Los psicólogos sociales han intentado definirlas como los dos componentes de un mismo proceso, que consiste globalmente en esquematizar la realidad social.

En estas condiciones, el prejuicio puede ser definido como una actitud del individuo que implica una dimensión evaluativa, con frecuencia negativa, con respecto a personas y grupos, en función de su propia pertenencia social.

Se trata, por tanto, de una disposición adquirida cuya finalidad consiste en establecer una diferenciación social. Sucintamente puede afirmarse que el prejuicio es una discriminación. Esta idea permite distinguir dos componentes esenciales: uno cognitivo y otro comportamental.

El prejuicio presenta las características de toda actitud; en cuanto tal es fruto de una combinación entre una creencia y un valor (Rosenberg y Abelson, 1960).

El estereotipo, término creado por Lippmann (1922), designa las I categorías descriptivas simplificadas mediante las cuales intentamos a otra persona o a grupos de individuos. El término estereotipo, que etimológicamente significa carácter sólido, del griego stereos (sólido) y typos (carácter) fue introducido en psicología social para definir los fenómenos de creencias y de representaciones.

Desde este punto de vista, los estereotipos constituyen un mecanismo importante para el mantenimiento de prejuicios. Mientras que los prejuicios son actitudes con un gran cuadro de expresión, los estereotipos se manifiestan por lo general en las conductas verbales.

Si el estereotipo se caracteriza por su uniformidad, el prejuicio posee un carácter de apreciación más extenso, que integra un conjunto de estereotipos diversos relativos a la raza, al sexo, a la religión o a una determinada clase social.

En definitiva, el prejuicio expresa el carácter estructural de las representaciones sociales, mientras que los estereotipos se referirían a su carácter funcional.

Fuente: Apuntes de Seminario de Comunicación Social de la U de Londres