Participación. La piedra angular en la comunicación social
La participación, tan temida por algunas organizaciones, resulta fundamental y no se reduce solamente a saber lo que ocurre.
Es necesaria la previsión de espacios emergentes de comunicación que faciliten formar, tener y tomar parte en los procesos orientados a la creación de valores en las organizaciones, sentimientos de pertenencia y valoración del integrante como recurso humano.
En otras palabras, se trata de involucrar en lugar de convencer e imponer , de fomentar la toma de decisiones a partir de la experiencia de sus propios integrantes, de favorecer la integración entre los objetivos institucionales y los individuales, de contar con el personal como recurso estratégico, como cliente Interno (como les gusta diferenciar en el marketing institucional de vanguardia) y no solamente como un eslabón en la cadena de montaje.
Las instancias de participación se distinguen en tres niveles que suponen grados distintos de compromisos:
Información. Contar con información sobre la organización permite a cada integrante saber dónde esta parado.
Opinión. Para facilitar la incorporación de la experiencia de los integrantes de la organización. A esto algunos autores lo denominan «activo intangible». Todo ello en pos del desarrollo institucional.
La opinión presupone el conocimiento de la información. Se trata de sumar puntos de vistas, de identificar problemas que otros no observaron.
Toma de decisiones. Vinculada con el desarrollo de la autonomía necesaria en cada área. Es el nivel superior de la participación y presupone los dos niveles anteriores.
Diagnostico y planificación. De acuerdo al aspecto que nos convoca, se privilegiará el análisis de la comunicación interna. Este propone:
a) Identificar a los actores responsables de las tareas de comunicación institucional.
b) Reconocer la percepción que los actores tienen de su propia tarea, su imagen de la institución, su percepción de otros miembros de la organización y sus interlocutores.
c) Identificar y analizar las relaciones entre los grupos de la organización.
d) Analizar el contenido y la forma de los mensajes.
e) Evaluar los flujos y recursos comunicacionales.
Una organización es producto de la confluencia de varias dimensiones: sus objetivos, los mecanismos organizativos y lo económico.
La comunicación atraviesa transversalmente a la institución en todas sus dimensiones. A raíz de ello, podemos reconocer diversos ámbitos de la comunicación en las organizaciones:
– Ámbito de la información. Se compone de normas y datos que permiten que la organización funciones de acuerdo al objetivo definido.
– Ámbito de divulgación. Son las novedades y elementos que buscan captar a las personas, convencerlos, persuadirlos y sumar su voluntad a los fines de la organización. Los boletines, las publicaciones, son algunos de los elementos que se pueden implementar.
– Ámbito de formación y socialización. Tiene por meta reforzar en forma explícita la cultura institucional. En este marco se insertan las actividades de capacitación, las actividades recreativas y las celebraciones.
– Ámbito de participación. Es la participación destinada a que cada uno se exprese, darle la palabra y ofrecerle el reconocimiento. Puede incluirse el trabajo en equipo, el reconocimiento a las iniciativas, las sugerencias y las propuestas.
Fuente: Apuntes de Seminario de Comunicación Social de la U de Londres