Muchacha con el pendiente de perla cuadro pintado por Vermer
En la producción de Vermeer existen cuatro obras en las que apenas existen alusiones narrativas, lo que indica que podría tratarse de retratos. En este grupo sobresale el lienzo que aquí contemplamos, una de las obras más famosas del pintor de Delft.
La ubicación de la modelo en un primer plano refuerza esta hipótesis, aunque por desgracia desconocemos los nombres de las modelos. La bella muchacha recorta su busto de perfil ante un oscuro fondo neutro, girando la cabeza en tres cuartos para dirigir su intensa mirada hacia el espectador.
Su boca se abre ligeramente, como si deseara hablar, dotando así de mayor realismo a la composición, recordando obras de Tiziano, Tintoretto, Rembrandt o Rubens.
La atractiva y cautivadora joven viste una chaqueta de tonalidades pardas y amarillentas en la que sobresale el cuello blanco de la camisa, cubriendo su cabeza con un turbante azul del que cae un paño de intenso color amarillo, creando un contraste cromático de gran belleza.
La gran perla que le ha dado nombre adorna su oreja, recogiendo el brillante reflejo de la luz que ilumina su rostro, recordando a Caravaggio al interesarse por los potentes contrastes lumínicos.
A diferencia de otras figuras femeninas adornadas con perlas también pintadas por Vermeer los expertos consideran que en este caso nos encontramos ante un símbolo de castidad, apuntando E. de Jongh a los escritos de Francisco de Sales como fuente directa.
La Cabeza de muchacha, la Muchacha con flauta y la Muchacha con sombrero rojo serán las demás obras a las que aludíamos en un principio.
Fuente: Apuntes Historia del Arte del Renacimiento al Siglo XVII