Los aztecas

Los mexicas o aztecas constituyeron un pueblo de la cultura del Altiplano Central de habla náhuatl que existió en la zona de Mesoamérica desde el siglo XII hasta el siglo XVI. Estos pobladores se llamaban a sí mismos mexicas (pronunciado meshicas) o tenochcas (habitantes de Tenochtitlan). El término azteca significa ‘proveniente de Aztlán’ y era su nombre tribal. El uso del término «azteca» para referirse a todos los pueblos relacionados con los mexicas fue sugerido por el naturalista y geógrafo alemán Alexander von Humboldt en el siglo XIX para distinguirlos de los mexicanos actuales y se ha generalizado su uso, aunque es incorrecto.

Fuentes Históricas

Dado que los españoles quemaron cientos de miles de códices, sólo sobreviven cuatro del periodo mesoamericano. La mayor parte de lo que se sabe de los mexicas proviene de documentos escritos después de la conquista. Como es de esperarse, la versión de los conquistadores contrasta con los escritos de los indígenas que aprendieron a usar el alfabeto latino. En ocasiones es difícil reconciliarlas, pero ambas deben ser tomadas en cuenta.

Por el lado de los conquistadores tenemos «Cartas de relación» de Hernán Cortés, «La historia verdadera de la conquista de la Nueva España» de Bernal Díaz del Castillo y el relato conocido como «El conquistador anónimo». Problemático, pero no por ello debe ignorarse «Cortés, la vida del conquistador» por Francisco López de Gomara, secretario de Cortés.

Existe también la obra de los primeros misioneros enviados a México, como Fray Diego Durán o Fray Diego Landa, Motolinia y Mendieta.

Probablemente la obra más importante para conocer a los mexicas, es el trabajo de Fray Bernardino de Sahagún, quien enseñó a los indígenas las letras europeas y los entrevistó para que ellos mismos escribieran su historia en su propio lenguaje. Sahagún escribió una versión muy censurada en español, para las autoridades, mientras que el original en náhuatl no fue traducido por completo hasta el siglo XX.

Entre los autores indígenas y mestizos más importantes están: Don Fernando Alvarado Tezozómoc, Alva Ixtlixochitl, Muñoz Chimalpain Cuahutlehuanintzin y Juan Bautista de Pomar. Además existen algunos manuscritos anónimos.

Localizacion

Mexico

Orígenes

Las leyendas mexicas dicen que ellos partieron del mítico Aztlán (en lengua náhuatl ‘lugar de las garzas’ o ‘lugar de la blancura’ o ‘lugar del origen’) y después de un largo camino, llegaron al valle de Anáhuac, sin poder establecerse ni en las peores tierras. Los mexicas vagaron durante años en busca de la señal en donde debían fundar su ciudad. Según el códice Ramírez, Huitzilpochtli había dado muerte a su sobrino Copil, y arrojado su corazón al lago. La nueva ciudad debería fundarse sobre el corazón de Copil. La señal sería un águila posada en un nopal, lleno de sus frutos (tunas) que devora un ave preciosa.

Existen distintas versiones de esta leyenda, unas indican que el águila estaba posada en el nopal, otras que devoraba un ave preciosa, otra dice que estaba devorando algo. Sin embargo, la leyenda aceptada después de la conquista refiere que el águila estaba devorando una serpiente.

En 1325 fundaron su ciudad, Tenochtitlan, actual Ciudad de México. La ciudad fue fundada en un pequeño islote del lago de Texcoco, pero poco a poco los mexicas crearon una gran isla artificial, ofreciendo su trabajo a los pueblos a lo largo del lago, a cambio de materiales de construcción. Finallmente esta isla alojaría a una de las ciudades más grandes de su época, con unos 230.000 habitantes.

Hacia 1430, los mexicas habían asimilado la cultura de los pueblos avanzados del valle y se habían convertido en un eficiente poder militar. Atacaron y derrotaron entonces a Azcapotzalco y se transformaron en uno de los señoríos más fuertes de la región. Iniciaron así una hazaña guerrera, que en sólo 70 años les haría dueños del mayor imperio que había existido en Mesoamérica.

El imperio sería forjado principalmente por Tlacaelel, quien convenció a los mexicas de atacar al señor de Azcapotzalco en lugar de rendirse. Tlacaelel además reformó la historia y la religión mexica. Ordenó la quema de los libros mexicas y reescribió su historia. Elevó al Huitzilopochtli, semi-dios mexica, al nivel de los antiguos dioses nahuas, (Quetzalcóatl, Tláloc y Tezcatlipoca). Identificó a Huitzilopochtli con el sol y creó la necesidad de sacrificios humanos constantes, también creó las guerras floridas para poder tener una fuerza militar eficiente incluso en tiempos de paz.

Les dio a los mexicas una conciencia histórica y la responsabilidad de mantener la existencia del universo a través de los sacrificios humanos. Esa visión místico-guerrera se contraponía a la antigua visión tolteca de Quetzalcóatl que tenían los demás pueblos nahuas. En la poesía náhuatl se puede apreciar el conflicto entre esas dos visiones del mundo. Tlacaelel rehusó convertirse en Tlatoani (rey), pero fue el poder detrás del trono a lo largo de tres reinados.

Los mexicas formaron una alianza con los señoríos de Texcoco y Tlacopan creando así lo que se conoció como la Triple Alianza. Bajo el mando de notables jefes militares, como Moctezuma Ilhuicamina y Ahuízotl, los mexicas conquistaron el centro de México, Veracruz, la costa de Guerrero, parte de Oaxaca y dominaron el territorio de Soconusco, en los límites con Guatemala. Sólo unos cuantos pueblos lograron resistir el empuje mexica: los Purépechas (también conocidos como purhépechas), los Tlaxcaltecas y algunos señoríos mishtecas.

El Estado mexica

Los estados sometidos por el pueblo mexica no formaban un sistema político unificado sino, mejor dicho, un sistema de tributo a Tenochtitlan. Entre los pueblos nahuas, el dirigente más importante era llamado huey tlatoque (gran jefe), también conocido como huey tlatoahni(el que habla’).

Después de la formación de la triple alianza, el modelo político del Estado mexica se asentó definitivamente como una monarquía electiva. Un consejo se encargaba de elegir al emperador, el cual, ya elegido, se le daban facultades absolutas y sin restricción. Sin embargo, se sospecha que un emperador, Tizoc, fue envenenado por el consejo, por ser considerado inepto y débil.

La ciudad mexica

La ciudad tenía una admirable simetría. Estaba dividida en 4 campan (secciones de la ciudad: Aztacalco, Cuepopan, Moyotlan y Teopan) y cada campan estaba dividida en 20 calpullis o barrios, los cuales eran unidades territoriales endogámicas. La ciudad estaba cruzada de lado a lado por tres amplias avenidas que se extendían hasta tierra firme. Los calpullis estaban divididos por tlaxilcalli o canales. Paralelos a estos canales siempre había una amplia calle. Los canales se cruzaban por puentes de madera que de noche eran retirados.

Los canales se usaban para el transporte con caca hechas de totoras. Había barcazas para la recolección de desperdicios y otras para la recolección de excremento, que era utilizado como abono en las chinampas. Alrededor de 1000 personas estaban encargadas de la limpieza de las calles. Bernal comenta su sorpresa al encontrar letrinas en las casas particulares, en el mercado público y en los camino.

Originalmente, México Tenochtitlan fue un pequeño islote en el lago de Texcoco y fue ampliada artificialmente hasta alcanzar unos 13.5 kilómetros cuadrados. No existe un consenso sobre la población de Tenochtitlan, la mayor parte de los historiadores dan un valor conservador entre 80.000 a 230.000 habitantes, más grande que la mayor parte de las ciudades europeas de su época, Constantinopla (con 200.000 habitantes), París (con 185.000) y Venecia (con 130.000). Otros historiadores dan otras estimaciones: Eduardo Noguera, basándose en mapas antiguos, calcula 50.000 casas y 300.000 habitantes; Soustelle calcula 700.000 habitantes al incluir la población de Tlatelolco y la de las isletas y ciudades satélites de la zona. Tlatelolco originalmente era una ciudad independiente del poder mexica, pero eventualmente fue sometida, absorbida y convertida en un suburbio de Tenochtitlan. La ciudad era una de las ciudades más prósperas del mundo.

A pesar de que el lago de Texcoco era salado, la ciudad estaba rodeada de agua dulce gracias a los diques construidos por los aztecas y que permitían concentrar ahí el agua que desembocaba de los ríos que alimentaban al lago. La ciudad contaba con dos acueductos que tenían dos canales, que Bernal describe como «del ancho de un buey». Esto permitía mantener un canal en operación en tanto se le daba mantenimiento al otro. Esta agua era principalmente usada para lavado y aseo, los mexicas acostumbraban a tomar dos baños al día, y se reporta que Moctezuma tomaba cuatro. Usaban la raíz de Coplaxócotl (saponaria americana) como jabón, y la raíz de Metl para el lavado de la ropa.

La simetría de la ciudad era mantenida por medio de un funcionario llamado calmimilócatl, que debía supervisar cualquier construcción y evitar que se invadieran las calles y canales, que eran previamente construidos.

Cada uno de los calpullis tenía una personalidad, pues usualmente los artesanos y artistas se agrupaban en algún calpulli y competían contra los de otros calpullis. En el caso de las festividades, cada calpulli trataba de superar a los otros. Actualmente, en la zona sur de la ciudad de México aun se les llama calpullis a las organizaciones generadas en torno a las iglesias católicas, y en las fiestas populares aun compiten entre ellas.

Además, cada calpulli tenía asignada una zona de tierra cultivable; los habitantes de un calpulli se repartían el trabajo de sembrar y cosechar esas tierras. Esto tendía a estrechar más los lazos entre los vecinos de un calpulli. Esta forma de posesión comunal de la tierra persiste en algunos pueblos del México moderno, aunque en general es considerada subversiva por el gobierno. Desde la invasión, durante siglos los campesinos han tenido que luchar para poder mantener esas tierras comunales y que no les fueran arrebatadas por los terratenientes.

Cada calpulli tenía su propio tianquiztli (‘mercado’). Actualmente en la ciudad de México, se les llama tianguis a los pequeños mercados que se ponen un solo día a la semana.

Además del mercado del calpulli existía un mercado principal en Tlatelolco. Cortés reporta que este mercado era dos veces más grande que la ciudad de Sevilla y que había 60.000 personas comprando y vendiendo diariamente. Bernardino de Sahagún nos da una cifra más conservadora de 20.000 personas durante días comunes y 40.000 en los días de fiesta.

En el centro de la ciudad se encontraba un recinto amurallado donde se encontraban los principales templos y la casa de los jóvenes. Cerca de ahí se encontraba el palacio de Moctezuma, que disponía de 100 habitaciones con baño propio para los visitantes y embajadores. Fue ahí donde se alojaron los hombres de Cortés, junto con sus aliados Tlaxcaltecas.

El palacio de Moctezuma tenía varios anexos. Uno de ellos era la casa de las fieras: dos recintos donde se cuidaban animales de gran parte de Mesoamérica. Un recinto estaba dedicado a las aves de rapiña y el otro a una gran variedad de animales, que incluía aves, reptiles y mamíferos. Alrededor de 300 personas estaban encargadas del cuidado de los animales. Existía también un jardín botánico dedicado especialmente a las plantas medicinales. Otra sección era una especie de acuario, que contenía 10 estanques de agua salada y 10 estanques de agua dulce para peces y aves acuáticas.

Los canales se cruzaban por puentes de madera que de noche eran removidos. Fue tratando de cruzar estos canales de noche que los invasores perdieron la mayor parte del oro que habían robado del palacio de Moctezuma. El trazo de los canales aún se conserva en el trazo de las avenidas de la actual Ciudad de México. Durante la huída, el desesperado lugarteniente de Cortés, Pedro de Alvarado (1495-1541), logró cruzar de un salto uno de estos amplios canales. Por su «proeza», este canal se ha renombrado como la calle Salto de Alvarado.