Capilares

Vasos sanguíneos muy pequeños, cuyas paredes son capas unicelulares.

Estos vasos son muy finos, tienen un diámetro que varía entre unos 0,0127 mm y 0,2032 mm, son muy numerosos y están repartidos por todo el cuerpo.

Las paredes de los capilares son extremadamente delgadas y muy permeables; a través de ellas se produce el intercambio constante entre sustancias que están en la sangre, dentro de los capilares, y los productos de desecho presentes en el exterior, en los tejidos corporales y en la linfa.

Esta característica facilita los procesos de nutrición y excreción, y permite el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono.

Los capilares linfáticos colaboran con los capilares sanguíneos en este proceso.

La función principal de los capilares es el intercambio de sustancias entre la luz de los capilares y el intersticio celular de los tejidos.

Solo el 5% de la sangre se encuentra en la circulación capilar y con un volumen tan pequeño de sangre se asegura la función de intercambio de sustancias.

Estas sustancias son nutrientes, gases y productos finales del metabolismo celular.