Roles dentro del grupo

Según Fernández (2000), Marín y Medina (en Criado y Vázquez, 1999), los roles grupales se pueden clasificar a partir de tres dimensiones:

  1. Roles relacionados con la tarea grupal
  2. Roles relacionados con la formación y el mantenimiento del grupo
  3. Roles individuales

El primero de ellos (roles relacionados con la tarea grupal) habla de una conducta que liga la solución de los problemas al interior del grupo con el logro de la meta. En este sentido se encuentran diversas actitudes a partir de la práctica personal frente a la tarea encomendada, entre las que pueden mencionarse:

a) Iniciador: esta persona es capaz de introducir y sugerir al interior del grupo nuevas ideas o una forma concreta de enfrentarse con la meta del grupo.
b) Solicitante de información: en este rol se puede encontrar a aquel/aquella que investiga y provee de información confiable y pertinente, además de hechos que permitan solucionar el problema.
c) Rastreador de opinión: su preocupación primordial son los valores «ocultos» a los objetivos y las metas grupales.
d) Informador: a diferencia del solicitante de información, éste es aquel que proporciona información más o menos autorizada sobre los tópicos que preocupan y en el que se ocupan los integrantes del grupo.
e)  Elaborador: asume la tarea de realizar y desarrollar las sugerencias, y les da un fundamento.
f) Coordinador: como su nombre lo indica, es quien se encarga de organizar las actividades del grupo, a la vez que le da orden y clasificación a las ideas y sugerencias propuestas.
g) Orientador: define la posición del grupo con respecto a sus metas, analizando lo que ha ocurrido.
h) Crítico-evaluador: somete las realizaciones del grupo a estudio y evalúa la eficacia de los procedimientos.
i) Energizador: induce al grupo a la acción y a la toma de decisiones, y procura incrementarla cantidad y calidad de la actividad.

Por su parte, los roles relacionados con la formación y el mantenimiento del grupo son los que intentan, con sus actitudes, que el grupo se reunifique o se reagrupe con fines específicos y/o lograr que la agrupación ya establecida se mantenga. Por esta razón la persona que asume este rol despliega conductas como:

a) Animador/incitador: intenta mantener la solidaridad dentro del grupo.
b) Armonizador: media en las diferencias entre los miembros del grupo e intenta la reconciliación o disminución de la tensión en situaciones de conflicto.
c) Negociador: intenta que se cumplan los compromisos propuestos o asumidos.
d) Ordenanza: pretende que los canales de comunicación permanezcan abiertos y expeditos, o regular los canales de comunicación a través de la motivación hacia sus compañeros, logrando con ello la participación de todos los miembros.
e) El ego-ideal: su mayor ambición es que las normas grupales se respeten.
f) Observador/comentarista: este(a) observa y registra los fenómenos que se lleven a cabo en el proceso grupal.
g) Seguidor: es un ser pasivo que acepta más o menos las ideas de los otros. Pareciera como si el resto del grupo lo «remolcara».

Por último, los roles individuales son aquellos que intentan que se satisfagan las necesidades específicas de un miembro del grupo; estas necesidades, no obstante, no son relevantes para la terea en colaborativo e incluso pudieran resultar desfavorecedoras para la cohesión del mismo. Dentro de este tipo de roles se aprecian comportamientos personales como:

a) Agresor: tiende a minimizar el estatus del resto o algunos(as) de sus compañeros(as), desaprobando sus valores, acciones, intereses o ideas.
b) Bloqueador/obstructor: siempre se encuentra en actitud negativa, constantemente se resiste a las actividades, y regularmente está en desacuerdo sin razones objetivas.
c) Ególatra: se comparta de manera inusual, llamando la atención con el objetivo de buscar reconocimiento.
d) Auto-confesor: considera que es la audiencia grupal el mejor espacio para expresar sentimientos e ideologías personales.
e) «Play-boy»: Ostenta conductas que no se adecúan al contexto y/o situación, además de exhibir con frecuencia una falta de involucramiento en el proceso grupal.
f) Dominador: quiere ejercer e imponer su autoridad por medio de la manipulación al grupo.
g) Pedigüeño: busca ayuda debido a sus inseguridades, sus confusiones, o por despreciar sus propias habilidades.
h) Egoísta: hace creer que existen una serie de intereses y necesidades grupales, sin embargo, en estos supuestos intereses colectivos están los propios, por ello se vuelve el principal defensor de los mismos.

Los roles que las personas adoptan, ya sean aquellos relacionados con la tarea en grupo, con la formación y el mantenimiento del grupo, o individuales, influyen en la conformación de los procesos que mantienen con vida al grupo, convirtiéndose éste último en el principal agente o instrumento de la modificación de conducta (aprendizaje). Es importante reconocer los diferentes tipos de roles para el aprendizaje en pequeños grupos, pues de esta forma habrá un aprovechamiento satisfactorio de la información y las experiencias compartidas; además, en el caso de los roles de tipo individual, permitirán observar aquellas conductas que no son favorables para el resto del grupo y poder intervenir a fin de que haya una modificación de dicha conducta en beneficio tanto del individuo como de la colectividad.

Gibb (1996) habla de ambiente de grupo para designar las acciones de los líderes y distingue cuatro:

Los ambientes autocráticos y parternalistas se refieren a que las decisiones dentro del grupo son tomadas por el líder, quien ha sido elegido por el mismo grupo o por alguna autoridad o coordinación al exterior.

Los líderes paternalistas actúan a partir de los intereses del grupo, pero como él los interpreta. Por eso, en ambos tipos de ambientes, los líderes son los que muestran tanto el crecimiento como el desarrollo y no los miembros del grupo. El grupo debe tomar decisiones en conjunto, cometer errores y aprender de éstos para así lograr crecer (Careaga, et al., 2006).

El líder individualista o permisivo es aquel que permite que los eventos, los procesos, las cosas, sucedan sin una guía. La consecuencia de tal liderazgo es que se generen experiencias grupales no satisfactorias, y es que no se produce un aprendizaje grupal, además de generar una falta de tolerancia a las diferencias individuales. Aquellos grupos en los que sus miembros actúan conjunta y participativamente, logran una máxima cohesión.

Pues bien, es necesario promover un grupo donde se actúe participativamente, donde el ambiente esté determinado por el mismo grupo, y que este ambiente no esté estipulado por el tipo de liderazgo (como en los casos anteriores). Así pues, se tiene que buscar un liderazgo distribuido; es decir, un liderazgo grupal donde ninguno de los integrantes del grupo sea el líder, con el objetivo de lograr un mayor crecimiento y aprendizaje de sus miembros. Cuando se logre esto, el grupo trabajará por consenso y tratará de establecer un nivel y grado de relaciones interpersonales agradables que le permitan una adecuada resolución de problemas (Careaga, et al., 2006).

Fuente: Diseño y facilitación de talleres, Fundamentos teóricos para el diseño de talleres, Universidad Abierta y a Distancia de México