Tendencias futuras en materia de sistemas inteligentes

Según Bart Kosko[4], el futuro estará lleno de artefactos listos. Tendrán altos coeficientes intelectuales en las máquinas que se pueden ver completamente diferentes a las maquinas inteligentes actuales (vídeo cámaras, lavadoras, etc). Habrá computadoras pequeñas y rápidas que se colarán nuestras vidas, trabajo y diversión. Los grandes sistemas y redes también se volverán listos.

Estarán enlazados los satélites de comunicaciones, redes de crédito y salud, entretenimiento y apuestas, automóviles, calles y redes de tráfico, redes de noticias y encuestas, redes de gobierno, y hasta redes espías. En sí, las máquinas se reducirán y contarán con sensores y procesadores de señales más finos. Y serán capaces de generar sus propias reglas difusas y redes.

Una lección para ser aprendida:

El profesor Lotfi Zadeh (Zah-da) viajaba en el reluciente nuevo metro de Sendai, Japón. Pocos pasajeros se preocupaban de agarrarse de las barras, incluso cuando el metro arrancaba o se detenía.

El tren paraba con absoluta precisión y ahorraba un 10% de combustible.

Zadeh no era experto en metros, era profesor de la Universidad de California en Berkeley, pero conocía bien el secreto que controlaba el tren.

Se controlaba con la lógica difusa que él había inventado en 1965.

En 1991 el metro de Sendai había estado corriendo por 4 años, y era entonces el sistema más avanzado del mundo.

Ese mismo año, en los Ángeles se construía un metro y necesitaba un sistema de control, pero nunca se consideró la lógica difusa como alternativa.

El gerente de ingeniería para el control automático del tren dijo:

» He oído hablar muy vagamente de la lógica difusa, pero no estoy muy familiarizado con ella «.

Añadió que ninguna de las propuestas para el diseño del control del metro usaba lógica difusa.

«No lo hemos requerido y ninguno de los proponentes a decidido hacerlo».

Esto se debe a que la lógica difusa ha sido despreciada en los EUA.

Desde 1973 Zadeh había mostrado como la lógica difusa podía hacer maquinas más inteligentes, y por 1979 una firma Danesa la usaba en un complejo proceso industrial ahorrándole decenas de miles dólares.

La técnica existía más o menos completa. Los japoneses observaron el éxito y la comenzaron a usar, pero paradójicamente, ninguna compañía estadounidense hizo lo mismo.