Cuestiones culturales en la comunicación
No debemos olvidar que los arquetipos y símbolos presentes en la cultura, determinan los procesos de expresión. Para crear una auténtica comunicación organizacional, es de vital importancia identificar los símbolos presentes en la cultura de nuestra empresa. Darles el valor que se merecen para crear mensajes que tengan sentido para todos los integrantes del grupo.
Hasta ahora, los directores de las empresas se han dado a la maquiavélica tarea de implantar valores y símbolos que ellos consideran ideales, sin tomar en cuenta la cultura del grupo al que pertenecen. Estos esfuerzos, a la larga (o en el corto plazo) son una pérdida de tiempo, ya que al hacer un estudio de clima, podríamos constatar que estos valores no han sido permeados en el grupo, puesto que TODOS tenemos filtros o “coladeras” culturales, dados por la sociedad, la familia, la educación, los medios masivos, etc.
Esta breve reflexión sobre la comunicación organizacional, es para invitar a todos los directivos, gerentes o dueños de compañías a que tomen en serio a la comunicación en sus empresas.
Hacer esfuerzos en esta dirección, por moda o sin estar convencido de la trascendencia de esto resulta contraproducente y, en lugar de ser tomado como positivo por los empleados, se constituye como un blanco fácil de quejas. El tema de la comunicación organizacional es difundido ampliamente en la actualidad. Hacer una búsqueda en Internet de artículos, documentos, materiales que traten, desde los elementos teóricos, hasta las experiencias prácticas más recientes, el proceso de comunicación que tiene lugar en las organizaciones empresariales, no resulta difícil.
Un análisis de esa amplia información nos dice que, aún cuando se intenta lo contrario, la comunicación organizacional se presenta como un fenómeno que se estudia para conocerlo y/o para mejorar los aspectos del proceso que resulten negativos para los intereses de la empresa, es decir, que de alguna manera limiten o no favorezcan el logro de los objetivos estratégicos.
Es así que, en la práctica, el especialista en comunicación de las organizaciones empresariales dedica gran parte de su tiempo a investigar y a tratar de «perfeccionar» la comunicación de la empresa con sus públicos. Para ello segmenta y caracteriza los públicos/target, realiza estudios de imagen, auditorías de comunicación interna, para después proponer a la alta dirección una estrategia de comunicación en la que han quedado definidos los objetivos de comunicación, los destinatarios de los mensajes, los mensajes, los medios, los mecanismos de retroalimentación y el presupuesto.
A partir de esa práctica es como si la lógica que funcionara fuera que la alta dirección le dice a estos especialistas: «He aquí la empresa, esta es su estrategia de negocios, su estructura, pero no logramos los resultados que queremos, ahora te toca a ti, a través de una estrategia de comunicación tratar de arreglar las cosas«.
Lo que pretendemos demostrar con este trabajo es que la comunicación debe ser tratada como parte de la estrategia de la empresa, formar parte de los análisis desde su inicio y debe ser concebida como un componente del sistema. Si desde que se están llevando a cabo los primeros pasos del proceso estratégico de la empresa no se tiene en cuenta la comunicación, tanto interna como externa, bien poco se podrá lograr cuando el especialista intente después «arreglar las cosas«.
Fuente: Apuntes del Seminario de Comunicación Organizacional de la U de Londres