Comunicación organizacional como fenómeno personal
Como fenómeno personal, la comunicación personal se realiza entre una persona y otra u otras, de manera directa, cara-a-cara. En su realización intervienen todos los sentidos del ser humano, por ello, de acuerdo con el Mtro. Juan José Coronado, fruto de encuentros y experiencias, dar lugar a lo común de los encuentros, lo propio y exclusivo de los encuentros humanos, al significado intersubjetivo, porque es multidimensional y multisensorial. Se le llama un fenómeno VATOG: porque es Visual, Auditiva, Táctil, Olfativa y Gustativa, también hexamórfica, si a lo anterior agregamos la Intersubjetividad (lo emotivo ante la presencia del otro).
Nos comunicamos con otros por medio de signos y símbolos de comunicación personal, generados y empleados para interrelacionarnos con otros a partir de esta multidimensionalidad.
Estos signos y símbolos, parte del enorme caudal de capital cultural compartido dentro de un grupo humano, están constituidos por trazos gráficos, gestos, miradas, sonrisas, olores, colores, formas, posiciones, posturas, sonidos, voces, formas de vestir, de comportamiento, de ser y muchas otras cosas más.
Los signos o símbolos de comunicación personal cumplen tres funciones: evocar realidades válidas y experiencias, convocar a una comunidad de significado en el goce de una experiencia en común y provocar (exhortar) a una acción, toma de decisión o respuesta en el interlocutor.
Con el cumplimiento de estas funciones se realiza la comunicación de manera plena, óptima, objetiva, significativa, válida o pertinente.
En el proceso de comunicación personal tiene lugar una relación de significación: se generan o crean, recrean, suscitan, resucitan, modifican significados en diferentes niveles, según la historia de la relación personal que se tenga con las cosas que se significan.
Una forma de definir el significado señala que, éste, es la historia de la relación que se tiene con personas, cosas o acontecimientos. Con ello se da a entender que el significado es la huella emotiva o cognitiva que deja la experiencia de las cosas, personas o acontecimientos; es el aprecio de las cosas de acuerdo con la experiencia que se tiene de ellas.
Según Bernard Lonergan hay significados correspondientes a varios niveles de conciencia:
1) al nivel de la experiencia o del sentido común están los generados a partir de la simple aprehensión,
2) en un segundo nivel surgen los generados a partir de la intelección,
3) en el tercer nivel se forman significados a partir del juicio y
4) en un cuarto nivel se construyen significados a partir de la toma de decisiones.
Lonergan también habla de significados intersubjetivos (implican la experiencia del otro), de significados encarnados (base de comportamientos, actitudes y conductas) y de significados constitutivos (formadores de la identidad y de las modos de ser de personas, organizaciones e instituciones).
Fuente: Apuntes del Seminario de Comunicación Organizacional de la U de Londres