Se basa en el supuesto de que una mayor participación económica de la mujer genera automáticamente mayor equidad. La participación de la mujer en la economía tiene que adaptarse a las reglas de la demanda y oferta del mercado laboral. Esta estrategia enfatiza mucho la flexibilización del trabajo y la utilización del trabajo no pagado de las mujeres. Las mujeres realizan actividades económicas a bajo costo. Se satisface las necesidades prácticas, en algunos casos, a costa de extender la jornada de trabajo de las mujeres.
Fuente: Taller centroamericano para formadores de promotores de microempresas