Violencia y pobreza en relación a género
La violencia es incorporada al análisis de la pobreza desde un enfoque de género porque se la considera un factor que inhabilita a las personas para gozar de autonomía en la medida que dificulta el acceso de las mujeres al mercado de trabajo y de esta forma reduce las posibilidades de que ellas cuenten con autonomía económica; e inhabilita a las personas para ejercer ciudadanía, erosionando el capital social a causa del aislamiento social al que son sometidas (autonomía social).
En síntesis, la perspectiva de género hace un aporte significativo a la problematización del concepto de pobreza, entendiéndolo de una manera integral y dinámica e identificando otras dimensiones en las que se expresa el fenómeno.
Así, y en forma coincidente con la crítica realizada desde otros enfoques, se opone a una definición de la pobreza basada sólo en el ingreso y más bien enfatiza el hecho de que este fenómeno involucra tanto aspectos materiales como no materiales, simbólicos y culturales, y que en el que inciden fundamentalmente las relaciones de poder (jerarquías sociales) que determinan un mayor o menor acceso de las personas, de acuerdo a su género, a los recursos (materiales, sociales y culturales). En este sentido, el género de las personas puede convertirse, en determinadas circunstancias, en una condición que determine grados de severidad de la pobreza y mayor riesgo de experimentarla.
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL