Diferentes visiones de la pobreza
Es posible identificar diversos enfoques para definir el fenómeno de la pobreza. Entre los más importantes, Ruggeri, Saith & Stewart (2003) distinguen el enfoque monetario, el centrado en las capacidades, el de la exclusión social y el participativo. Los diferentes enfoques son expresión de un debate más amplio en torno a la manera de concebir el desarrollo y el no goce de los beneficios de la generación de la riqueza.
El enfoque monetario define la pobreza como una caída en el consumo (o ingreso) teniendo como base una línea de pobreza. Este enfoque es, sin duda, el más difundido, no obstante, los otros enfoques han alcanzado una creciente aceptación en la medida que han evidenciado las limitaciones de la perspectiva monetaria para definir pobreza contribuyendo así a una comprensión más integral de ella.
Desde el enfoque de las capacidades, desarrollado en forma pionera por Amartya Sen, se rechaza el ingreso monetario como la única medida del bienestar y se le define como la libertad de los individuos para vivir una vida que les permita la realización de sus potencialidades. La pobreza se entiende como la carencia de recursos para que las personas sean capaces de realizar un mínimo de actividades, entre las más básicas, la capacidad de permanecer vivo y gozar de una vida larga, capacidad de asegurar la reproducción intergeneracional biológica y cultural, capacidad de gozar una vida saludable, capacidad de interacción social y la capacidad de tener conocimiento y libertad de expresión y pensamiento. De acuerdo con este enfoque, luchar contra la pobreza consistiría en identificar y potenciar las capacidades de las personas que les permitan ampliar su bienestar.
El enfoque de la exclusión social se dirige a estudiar las características estructurales de la sociedad que generan procesos y dinámicas que excluyen a los individuos o a grupos de la participación social plena; enfatiza en temas de distribución de oportunidades y recursos para la superación de la exclusión y en el fomento de procesos de inclusión tanto en los mercados de trabajo como en procesos sociales.
Por su parte, desde el enfoque participativo la pobreza es definida por los propios pobres a partir del análisis que ellos hacen de su realidad, incluyendo las dimensiones que consideren significativas. Desde esta visión, la superación de la pobreza pasa por el empoderamiento de los pobres (Ruggeri, Saith & Stewart, 2003; Arriagada, 2003).
El enfoque territorial también ha hecho un aporte a la mejor comprensión de la pobreza al considerar las características de los contextos espaciales (concentración y acceso a activos naturales y físicos) en los que residen grupos de personas en situación de pobreza, permitiendo de este modo dar cuenta de la heterogeneidad del fenómeno y precisar mejor las necesidades de la población.
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL