El interés por analizar el fenómeno de la pobreza desde un enfoque de género tiene origen en el movimiento internacional de mujeres y se basa en la necesidad de reconocer que hombres y mujeres experimentan la pobreza de manera diferente. Ello demuestra que existen factores de género que inciden en la mayor o menor disposición de las personas a experimentar la pobreza, y en las características diferenciadas que ella puede adquirir al tratarse de hombres o mujeres.
Junto con ello, la perspectiva de género enriquece la conceptualización de la pobreza al ir más allá de su descripción y enfatizar en sus causas, entendiendo el fenómeno como un proceso y situándolo de ese modo en una perspectiva más dinámica.
Por otra parte, la perspectiva de género permite focalizar de un a manera mucho más precisa los recursos y las intervenciones hacia quienes experimentan situaciones de pobreza con mayores grados de severidad y quienes presentan mayores niveles de vulnerabilidad a la pobreza.
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL