Recurrir a los genéricos universales y a los sustantivos abstractos
Siempre y cuando no se pierda el sentido de lo que queremos decir, utilizar términos tales como: ciudadanía, asesoría, tutoría, dirección, jefatura, titulación, licenciatura, abogacía, jurídica, persona, gente, población, infancia, niñez, profesorado, pueblo, ser humano, funcionariado…
El lenguaje debe ser inclusivo y esto no significa que sea redundante, sino que visibiliza las aportaciones y la existencia de las mujeres -ocultas a lo largo de la historia o relegadas a un segundo papel- y de los hombres; en definitiva, de las personas participantes o protagonistas del hecho o situación de la que se hable.
Fuente: Manual del lenguaje no sexista, Ayuntamiento de Leganés