El olvido que sufre la mujer al no ser nombrada
Veamos este ejemplo:
La utilización del género masculino para englobar a los dos sexos (masculino genérico), conlleva tres posibles situaciones: la omisión, la exclusión o la ocultación de la mujer.
En nuestro idioma hay palabras para denominar a las personas de sexo masculino y otras para denominar a las personas de sexo femenino, sin embargo utilizamos fórmulas comunes en masculino para referirnos a ambos sexos .
En la Educación Primaria aprendemos que tenemos palabras de doble forma, una forma es de género masculino y la otra de género femenino (trabajador / trabajadora, compañero / compañera). Y sabemos que la voz femenina se refiere siempre a la mujer, mientras que la masculina puede designar a los hombres o a las personas sin marcar el sexo, incluyendo a los dos.
Decimos que hay sexismo cuando insistimos en utilizar la voz masculina, prescindiendo de la femenina, para referirnos al conjunto de todas las personas, hombres y mujeres, independientemente de que exista o no sexismo lingüístico, ya que nuestro sexismo mental nos dirige a pensar en el protagonismo de los hombres.
Utilizar el género masculino en un sentido universal oculta, excluye o cuanto menos, desdibuja el protagonismo de las mujeres. El hombre ha sido hasta hace bien poco el que ha impuesto todas las reglas, incluso las de la lengua, por lo tanto no nos debe extrañar que se otorgara al género masculino el doble valor de génerico (para ambos sexos) por un principio de economía universal y el específico (sólo para el sexo masculino).
La convivencia de mujeres y hombres en los mismos espacios (públicos, laborales, familiares…), con las mismas responsabilidades y tareas, obligaciones y derechos, nos muestra una realidad social cualitativamente diferente a la de años atrás; esto es indicativo de cambios en nuestra mentalidad que es necesario nombrar: especificando el género de la persona o personas a las que nos referimos, en lugar de utilizar el genérico masculino, que invisibiliza o anula al femenino.
Fuente: Manual del lenguaje no sexista, Ayuntamiento de Leganés