La introducción al nacimiento de la fotografía
La palabra fotografía se armó con dos vocablos griegos: foto (luz) y graifa(escritura), derivando de su unión la idea de escribir o dibujar con luz. Lo demás fue el resultado de la convergencia de dos descubrimientos que se perfeccionaron independientemente: la obtención de imágenes fijas por medio de una cámara oscura y la reproducción de éstas mediante reacciones químicas, provocadas por la luz al incidir sobre determinadas sustancias.
En 1822, el inventor francés Joseph N. Niepce (1765-1833) obtuvo la primera fotografía permanente, pero deberían transcurrir algunos años antes de que esa técnica resultara verdaderamente practica. El artista francés Louis Jacques Mandé Daguerre (1789-1851) había trabajado durante años en un sistema para lograr que la luz incidiera sobre una suspensión de sales de plata, de manera que la oscureciera selectivamente y produjera un duplicado de alguna escena. En 1839, Daguerre había aprendido a disolver las sales intactas mediante una solución de tisulfato de sodio, de tal manera que lo captado quedaba permanente.
Aunque el avance era notable, se tardaba alrededor de 25 a 30 minutos en efectuar una toma fotográfica, y eso si había sol. Pero este no era su principal inconveniente, sino la dificultad para obtener copias. Y fue otro inventor, William Henry Talbot (1800-1877), que hacía experimentos con lo que él llamó «calotipos«, quien superó el problema en 1841. Con sus «calotipos» se obtenían unos negativos que luego debían ser traspasados a positivos en otras hojas. En 1844 se publico el primer libro ilustrado con fotografías.
Fuente: Historia del diseño gráfico de la Universidad de Londres