La temperatura del aire es el principal componente del ambiente que influye en el crecimiento vegetativo, desarrollo de racimos florales, el cuaje de frutos, desarrollo de frutos, maduración de los frutos y la calidad de los frutos.
Los rangos para un desarrollo óptimo del cultivo oscilan entre los 28 – 30º C durante el día y 15 – 18º C durante la noche. Temperaturas de más de 35º C y menos de 10º C durante la floración provocan caída de flor y limitan el cuajado del fruto, aunque puede haber diferencias entre cultivares, ya que las casas productoras de semillas, año con año, mejoran estos aspectos a nivel genético, por lo que hoy en día podemos encontrar variedades que cuajan perfectamente a temperaturas altas.
Fuente: Centro de inversión, desarrollo y exportación de agronegocios