Empresas de base tecnológica: conceptos y definiciones
De acuerdo con Fariñas y López (2006), la gran diversidad de perfiles de EBTs dificulta poder establecer una definición precisa de ellas; de ahí que la literatura esté salpicada de términos como “Nuevas Empresas de Base Tecnológica,” “Pequeñas Empresas de Base Tecnológica,” “PYMES de Alta Tecnología,” “PYMES Innovadoras,” etcétera. Esta heterogeneidad también obstaculiza la formulación de políticas públicas dirigidas a su promoción.
No obstante esta multitud de términos, el origen del concepto puede ser precisado de manera relativamente fidedigna. De acuerdo con Storey y Tether (1998), la idea pionera de empresas de base tecnológica surge del estudio realizado en 1977 por la empresa de consultoría Arthur D. Little. Esta empresa de consultoría definió a las EBTs como empresas independientes, con menos de 25 años de antigüedad, que basan su operación en la explotación de una invención o innovación tecnológica con un riesgo tecnológico sustancial.
Para Camacho (1999), las EBTs son organizaciones productoras de bienes y servicios, comprometidas con el diseño, desarrollo y producción de nuevos productos y/o procesos de fabricación innovadores, a través de la aplicación sistemática de conocimientos técnicos y científicos. Este autor observa dos características importantes:
1) En comparación con las corporaciones trasnacionales, son empresas muy pequeñas que ocupan poco personal y que producen bienes y servicios con alto valor agregado;
2) Tienden a relacionarse con las universidades, institutos o centros de investigación donde desarrollan tecnologías en áreas de conocimiento que dichas empresas requieren para su actualización técnica.
Para Fariñas y López (2006), la creación de EBTs presenta grandes ventajas económicas y sociales debido a su potencial para lograr altas tasas de crecimiento en un plazo relativamente corto, generar artículos innovadores, crear empleos de alta calidad, además de su proclividad para generar productos con un mayor valor agregado y mejores tasas de ganancia. Por su parte, Simón (2003) menciona siete elementos que ayudan a identificar las EBTs:
1) Un mayor potencial para hacer modificaciones en las trayectorias organizacionales de mejora de productos tradicionales, generando nuevos desarrollos de forma incremental. Esto porque las EBTs tienen una mayor capacidad para introducir rápidamente cambios en el diseño de productos y procesos con nuevas características en términos de tamaño, adaptabilidad y versatilidad, debido a su agilidad de producción.
2) Los fundamentos organizacionales de las EBTs constituyen una fuente motora de innovaciones radicales.
3) La flexibilidad constituye la óptima práctica productiva para las EBTs. El carácter programable de los equipos permite superar la rigidez de las viejas plantas, reduciendo la importancia de las economías de escala basadas en técnicas intensivas de producción en masa, ya que es posible separar la escala de producción de las necesidades de satisfacer el tamaño del mercado.
4) La especialización del capital físico y humano permite modificaciones más rápidas en los planes de producción, elevados niveles de eficiencia en la fabricación de productos distintos, diversos modelos y volúmenes variables.
5) Las EBTs tienen un mayor dinamismo tecnológico, lo que se traduce en una integración más rápida del proceso productivo gracias a su estrecha colaboración con centros de investigación.
6) Las EBTs presentan una mejor adaptación de la producción a la demanda porque pueden desarrollar las condiciones propicias para que la diversidad de la propia demanda multiplique la oferta de productos y la posibilidad de inversión, abriendo así nuevos mercados para sus productos.
7) Las EBTs tienen un esquema organizacional más adecuado para enfrentar las nuevas condiciones de la globalización.
Por esta razón las EBTs tienden a participar en redes integradas con los procesos globales de producción, formando parte importante de los mecanismos de coordinación tecnoeconómica global.
Finalmente, y a manera de resumen de esta sección, son dos los criterios que la literatura identifica como primordiales para caracterizar a una EBT: 1) Ser una empresa de reciente creación; 2) Ser de propiedad independiente.