Cañón de vídeo
Recomendaciones
Antes de comenzar la reunión:
- Prueba el funcionamiento del sistema: La comprobación debe incluir el dominio de las funciones que vayamos a utilizar: “Stand by” para anular la proyección, nivel de audio, etc.
Durante la reunión:
- Apágalo cuando vayas a exponer sin utilizar lo proyectado como recurso. De no hacerlo así, una parte importante de nuestra audiencia seguirá prestando atención a la pantalla y estará recibiendo dos mensajes distintos al mismo tiempo.
- Utilízalo como apoyo: en multitud de ocasiones, al asistir a una reunión con cañón se tiene la impresión de que el presentador “no sería nada sin el cañón. Para ello es básico comentar cada imagen, cada mensaje, cada contenido de la reunión.
- Procura que la reunión sea más conceptual que explicativa: utiliza esquemas, mensajes que reflejen las ideas más importantes.
- Ilustra la exposición con imágenes; “una imagen vale más que mil palabras”
- Utiliza de forma discreta las funciones de sonido y audio; Al principio impresionan, después de una hora cansan
Ventajas
- Resultados: El cañón conectado a un ordenador, es en la actualidad el mejor medio para realizar una reunión
- Audio y vídeo: La reunión de transparencias tradicional puede asociarse a archivos de sonido e imagen.
- Secuencialidad: Permite, por ejemplo, presentar conclusiones “una a una” programando para ello la reunión.
- Uso en el momento: Permite diseñar y proyectar trasparencias con una inversión mínima de tiempo durante la propia reunión
Inconvenientes
- Flexibilidad: Resulta engorroso cuando se varía el orden de la reunión “sobre la marcha”. Encontrar una transparencia ya proyectada o adelanta la exposición son situaciones cuya solución requiere tiempo de espera por parte de los asistentes.
- Fallos técnicos: El mal uso o los imprevistos hacen que una reunión que se centra en el cañón pueda fracasar si no llevamos alternativas para defenderla.
- Peligro en convertir el medio en el mensaje: El atractivo de la reunión y su presencia permanente puede trasformar el cañón en el protagonista absoluto, dejando al presentador en un plano secundario.