Proceso de creatividad
El proceso creativo consta de cinco etapas:
- La preparación, o inmersión, consciente o no, en un conjunto de cuestiones que resultan interesantes y/o causan curiosidad.
- La incubación, durante la cual las ideas se instalan e interactúan debajo de la conciencia. Durante este tiempo probablemente se realizan las conexiones inusuales.
- La iluminación: cuando las piezas encajan; es el momento del “¡Eureka!”.
- La evaluación: cuando se debe decidir si a la intuición obtenida en c) vale la pena dedicarle atención; es cuando uno se siente más inseguro.
- La elaboración: esta etapa que lleva más tiempo y supone el trabajo más duro. Se supone que hay menos inspiración que trabajo. Incluiríamos en este período a la verificación, es decir, ya elaborada la idea hay que probar que corresponde a lo que ha surgido en la iluminación).
Sin embargo, el proceso creativo no es tan lineal como cíclico o recurrente. Una persona puede volver varias veces a tener intuiciones o a sumergirse en los datos e incluso a incubar. El número de recurrencias a cada etapa del proceso depende de la profundidad y amplitud de la situación o problema que se aborda tanto como de la habilidad mental, conocimientos y personalidad de cada persona