Cambiar el por qué por el cómo

Al preguntar por qué lo único que se consigue es alguna racionalización o «explicación». El por qué acarrea una explicación ingeniosa, jamás un entendimiento cabal. Además, nos aleja del aquí y ahora y nos introduce en el mundo de la fantasía; nos saca de lo obvio para teorizar. Perls consideraba que las palabras, cuando se utilizan para «explicar» y alejarse de lo evidente o de la realidad, son más una carga que algo útil.

El las comparaba con el excremento. En el EG distinguimos tres tipos de «blá, blá, blá»: Caca de Gallina, que vienen a ser los comentarios superficiales, los clisés (buenos días, qué gusto de verlo, qué lindo día, etc.); Caca de Toro, esto es, «por qué», racionalizaciones, excusas, conversación amena pero inauténtica, etc.; y Caca de Elefante, cuando «filosofamos», hablamos de «la vida», teorizamos sobre el Enfoque Gestáltico sin vivirlo, explicamos el por qué de la sociedad y el mundo, etc.

El por qué sólo nos conduce a interminables y estériles investigaciones de la causa de la causa de la causa de la causa. Si se hacen la pregunta por el cómo, estamos mirando la estructura, estamos viendo lo que ocurre, lo obvio; preocupándose por un entendimiento más profundo del proceso. El cómo nos da perspectiva, orientación. El cómo nos muestra que una de las leyes básicas, la de la identidad de estructura y función, es válida. Si cambiamos las estructura, la función cambia. Si cambiamos la función, la estructura cambia. Los pilares sobre los que se apoya el EG son: el aquí y ahora y el cómo. Su esencia está en la comprensión de estas dos palabras. Vivir en el ahora tratando de darnos cuenta cómo lo hacemos.