Tutoría presencial

En los sistemas educativos a distancia, es habitual la necesidad de la presencia del docente en determinados momentos, esto responde a un cronograma establecido con anterioridad y dado a conocer al inicio del curso. Estas tutorías pueden ser de carácter individual o grupal, con el fin de realizar trabajos de laboratorio o resolución de problemáticas grupales.

Según HOLMBERG (1985, pág. 65), estas tutorías presenciales son útiles para:

  • Mejorar las capacidades verbales a través de la comunicación en el aula, tanto vertical como horizontalmente.
  • Promover el desarrollo de habilidades mediante prácticas de laboratorio.
  • Facilitar la comprensión del proceso de comunicación y de la conducta humana.
  • Motivar el desarrollo de actitudes y hábitos positivos hacia el estudio.
  • Propiciar la estimulación mutua entre los propios estudiantes del grupo.
  • Estimular el trabajo en equipo en aquellas materias que se presten a ello.

No obstante, Holmberg aclara que si el material impreso, audiovisual e informático está perfectamente elaborado como instrumento de autoaprendizaje, la acción tutorial se hace menos precisa, y en todo caso debe limitarse a orientar y ayudar para facilitar el aprendizaje. El complemento de las sesiones tutoriales presenciales ha de realizarse de acuerdo a una planificación y entendimiento entre el docente responsable de la materia y el tutor que atiende a los alumnos.

Por otro lado, si el material impreso no está elaborado de forma adecuada para que el alumno por sí mismo pueda aprender, se hará necesario efectuar encuentros presenciales programados, sin olvidar que los tutores no son la fuente de información, sino la ayuda para el aprendizaje.

La tutoría grupal programada evita al tutor repetir las mismas orientaciones. Éste deberá aplicar técnicas variadas a fin de satisfacer las demandas del grupo y lograr integrar a todos sus integrantes para que surjan pequeños núcleos de intereses comunes para darse apoyo mutuo.

«En las sesiones grupales se deben intercambiar experiencias y conocimientos, confrontar ideas, potenciar el espíritu crítico, respetar las posiciones antagónicas a las propias, formar actitudes, etc. En definitiva, se deben aprovechar para fomentar los elementos socializadores.»

Autor: Pagano Claudia Marisa