El tutor virtual
Con el advenimiento de la llamada Web 2.0, los entornos virtuales de aprendizaje (EVA) aparecen como tecnologías emergentes para apoyar la labor docente, prolongando la clase tradicional más allá de las fronteras del aula, además de ser útiles para que los docentes puedan continuar con su formación académica posibilitando el aprendizaje colaborativo, la reflexión con otros y la interacción con sus pares. En relación con el rol del tutor virtual, se plantean nuevas competencias y habilidades: una de las características esenciales es estar preparado para generar un diálogo efectivo con los participantes y entre los participantes, de modo que se favorezca el aprendizaje activo y la construcción del conocimiento cooperativo y colaborativo, por lo que se requiere monitorización y moderación de los grupos de trabajo.
Según Begoña Gros y Silva, estos profesionales son fundamentales en el éxito de las experiencias de enseñanza y formación que utilizan comunicación mediada por computador para la colaboración, ya que se requiere un papel diferente del profesor, más cercano al alumno, poner el énfasis en el propio proceso intelectual del alumno y en el aprendizaje en colaboración.
Uno de los principales roles del tutor es el de «moderador» de la discusión. Barberá y otros (2001) han sintetizado las tareas del moderador en el desarrollo de la discusión en tres etapas: planificación, intervención en el desarrollo y cierre. En la etapa de planificación, el moderador prepara la discusión y los elementos que pueden ayudar a moderarla, se basa en indicaciones que facilitan la intervención de los participantes. En la segunda etapa, se produce el intercambio y construcción del conocimiento, por lo que el moderador es el encargado de retroalimentar la discusión para que la misma tome el rumbo deseado. La tercera etapa realiza el cierre de la discusión, otorgando un resumen de los principales aportes que contribuyen a la construcción del aprendizaje colaborativo.
Salmon (2000) incorpora el concepto de emoderator para referirse a un tutor especializado en moderación y el e-moderating, para referirse al proceso de moderación propiamente dicho. Las etapas que promueve son cinco, a saber:
- Acceso y motivación
- Socialización
- Compartir información
- Construcción de conocimiento
- Desarrollo
Ahora bien, los moderadores necesitan desarrollar habilidades en los cuatros ámbitos –pedagógico, social, técnico y administrativo– para desarrollar un plan de trabajo en un entorno virtual de aprendizaje. El tutor es el que acompaña, media y retroalimenta al participante, es el encargado de gestionar el aprendizaje grupal e individual, por lo que requiere poseer habilidades sociales que le permitan crear un ambiente de aprendizaje interactivo y empático generando que la distancia geográfica sea cada vez menos notoria. En lo técnico y administrativo, debe tener habilidades en el uso de las herramientas tecnológicas que provea el entorno virtual que le permitan realizar el seguimiento del participante y administrar los grupos de trabajo.
De esta manera, tomando en cuenta las funciones que deben cumplir los tutores virtuales, se pueden detallar las características básicas que habrán de cumplir:
- Sólida formación académica.
- Expertez en el manejo de las herramientas tecnológicas y adecuada experiencia en entornos virtuales de aprendizaje.
- Poder desarrollar las siguientes habilidades sociales:
- Óptima mediación de los materiales, facilitando la lectura y guiando al participante hacia el autoaprendizaje.
- Motivación que genere diálogo y reflexión en el grupo.
- Evitar las ansiedades del grupo, producto de la distancia en la que se encuentran los participantes.
- Generar una interacción permanente entre los participantes apelando a recursos innovadores como talleres virtuales, foros de tipo social (cibercafé, tablón de anuncios), intercambio de experiencias, etc.
- Ponerse permanentemente en el lugar del alumno, comprendiendo la posición de quien se sienta frente a una pantalla a desarrollar una actividad lejos de la presencia del profesor.
- Instar a la formación de grupos interactivos, ya sea por medio de sesiones de chat, foros de discusión, además de los existentes oficialmente, listas de distribución, entre otras herramientas.
- Promover la inquietud por la investigación y profundización de conocimientos.
- Adaptarse a las dificultades o situaciones diversas que puedan plantearse en el desarrollo de las actividades propuestas, u otras que pudieran surgir en el proceso.
- Mantener un trato cordial con el participante. Ser atento en las comunicaciones y muy paciente. Tener en cuenta que los tiempos y los procesos de comunicación no son iguales para todos los estudiantes. Respetar los ritmos de aprendizaje de cada participante.
- Valorar profundamente el entorno virtual donde se desempeña y transmitirlo a su grupo.
- Explicar los contenidos de manera sencilla, en los momentos que crea oportuno.
- Ofrecer permanentemente su ayuda y hacer sentir su presencia comunicacional.
- Animar a los estudiantes a que sean independientes y que se arriesguen en el desarrollo de diversas actividades.
- Compartir el proceso de aprendizaje en el grupo.
Autor: Pagano Claudia Marisa