Historia de las ETT
Las ETTs surgen en Europa en la segunda mitad del s.XX, cuando las relaciones triangulares eran entendidas como “prestamismo fraudulento particularmente nocivo”.
Según el informe realizado por Perrson y Storrie para la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, titulado La contratación de trabajadores a través de empresas de trabajo temporal en Europa, en la mayoría de los Estados miembros de UE ésta actividad se ha duplicado, aunque en países como Dinamarca, Suecia, Italia y España, se ha quintuplicado, y además, se calcula que a lo largo de un año se contratan cerca de seis millones de personas a nivel europeo.
Además, dicho informe apunta cuatro aspectos que impulsan la demanda de empresas usuarias y la eficacia del servicio proporcionado por las empresas de trabajo temporal: en primer lugar, las ETT tienen como clientes empresas usuarias de diferentes sectores económicos, por lo que pueden asumir más riesgos; en segundo lugar, los contratos temporales proporcionan un grado flexibilidad numérica que mediante otros tipos de contratos es difícil de alcanzar; en tercer lugar, la contratación a través de ETT permite una mayor adecuación de los puestos de trabajo a lo largo del periodo de colocación y en cuarto lugar, permiten externalizar la contratación.