Exploración funcional respiratoria
Es importante en el diagnóstico, seguimiento, pronóstico y terapéutica. Nos permite evaluar dos características muy típicas del asma: su reversibilidad y variabilidad. Posibilita demostrar la presencia de obstrucción al flujo aéreo al obtener una reducción de la relación FEV1/FVC, así como una disminución del FEV1, parámetro espirométrico que revela obstrucción de vías aéreas de más de 2 mm y también de los flujos medios espiratorios, FEF 25-75 %, que son indicadores de obstrucción de las vías aéreas más finas, de 2 mm.
En los pacientes asmáticos generalmente es común encontrar un patrón de obstrucción bronquial con disminución de estos parámetros, que cuando repetimos la espirometría pasados 15 min de haber administrado un broncodilatador inhalado, ya encontramos una mejoría de 15 % o de más de 200 mL en el FEV1. A esto lo llamamos reversibilidad.
Al realizar una medición de volúmenes pulmonares estáticos, se puede apreciar un aumento del volumen residual (VR), con el consiguiente aumento de la capacidad funcional residual (en inglés, FRC) y, por tanto, de un aumento de la capacidad pulmonar total (CPT). El especialista se puede valer de la medición del flujo espiratorio máximo o (peak-flow meter), que es una medida muy fácil de hacer con los medidores de flujo pico y que se correlaciona bastante bien con los valores de FEV1, por lo que nos sirve tanto para valorar la obstrucción como la variabilidad y reversibilidad de las vías aéreas.
Frente a la sospecha de asma no confirmada y teniendo presente el riesgo beneficio, están indicadas las pruebas de provocación bronquial para confirmar o negar la hiperrespuesta bronquial frente a estímulos inespecíficos. Para ello se puede utilizar el test de provocación con metacolina, histamina y carbacol, entre otros. Generalmente se reserva esta indicación para dictámenes médico legales o laborales.
Fuente: Miguel Matarama Peñate (2005) Medicina Interna, diagnóstico y tratamiento, La Habana; Editorial Ciencias Médicas.