Locución

Si se habla de escritura para el oído, no cabe duda que la claridad y la simplicidad en la exposición de las ideas deben ser los pilares básicos sobre los que se sustente cualquier redacción de audio. La claridad y la sencillez aseguran la comprensión del mensaje y facilitan su posterior transcripción oral (locución). Y es que, además de escribir para el oído, como sabes, hay que hablar para el oído.

¿Cómo se consigue la claridad?

En el terreno del audio, la claridad se logra, básicamente, respetando la lógica gramatical, es decir, procurando que los elementos que integran una oración sigan la estructura lineal Sujeto + Verbo + Predicado (S + V + P). De hecho, esta estructura es la que predomina en nuestras conversaciones cotidianas y, además, contribuye a que las frases sean mucho más simples, concretas y directas.

Respecto a los verbos, se recomienda que los utilices en voz activa. Por otra parte, para ganar en eficacia expositiva se aconseja que uses verbos que describan con claridad una acción. Así, por ejemplo, será más adecuado escribir «declarar» que escribir «prestar declaración» o «reformar» que «practicar una reforma», etcétera.

¿Cómo se consigue la sencillez?

En primer lugar, procurando que las oraciones no superen, de media, las 30 palabras, aunque sin caer en la escritura telegráfica, y, en segundo lugar, intentado exponer cada idea de la forma más diáfana posible. Para ello es muy recomendable hacer uso de las denominadas técnicas de simplificación, especialmente de la comparación y del redondeo.

La comparación es un recurso muy útil que permite al oyente visualizar con mayor claridad una idea compleja o abstracta. Al receptor le resulta mucho más fácil imaginar lo que le es más próximo, conocido o familiar, de forma que la asociación por comparación favorece siempre la comprensión.

Así, por ejemplo, si en una noticia radiofónica informáramos sobre la construcción de un gran centro de deportivo en la Ciudad de México, sería mucho más eficaz comparar su extensión con la de un parque como El palacio de los Deportes o con la de un estadio de fútbol como el Estadio Azteca, que no aportar el dato exacto en metros cuadrados. En el caso del descubrimiento de un nuevo planeta, no cabe duda que cualquier oyente se haría una idea más aproximada de su magnitud si lo comparamos con la Tierra, y así sucesivamente.

Por su parte, en la redacción de audio se acostumbra a redondear las cifras para neutralizar las dificultades de comprensión que éstas generan, pero sobre todo para que el texto resulte mucho más simple. Por eso te sugerimos que, al trabajar con cifras, uses fórmulas como las siguientes:

En vez de:

– 4.963 personas acudieron a la manifestación,

Mejor:

– Cerca de 5.000 personas acudieron a la manifestación.

En lugar de:

– Hace 45 días,

Es preferible escribir:

– Hace un mes y medio.

Con independencia de lo explicado hasta aquí, la redundancia, que consiste en incidir sobre las ideas y los datos más relevantes, debe estar presente también en cualquier texto de locución. Dadas las características específicas del medio, el hecho de que una idea importante aparezca una sola vez pone en peligro su captación por parte del oyente. No olvides que, a diferencia de lo que sucede en los textos impresos, donde el mensaje permanece en el tiempo y, por tanto, puede revisarse, en el audio esto no es posible, por lo que la reiteración es fundamental.

Fuente: Apunte Técnicas de Multimedia y Audiovisuales de la U de Londres