Carga de baterías

Antes de cargar una batería se debe comprobar que este limpia superficialmente y el electrólito debe estar a su nivel correspondiente. Se deben destapar los vasos y mantenerlos abiertos durante la carga y hay que respetar las polaridades a la hora de conectar la batería al cargador.

El cargador de baterías (visto en la figura) hay que regularlo a una intensidad de carga que será un 10% de la capacidad nominal de la batería que viene expresado en amperios-hora (A-h) por el fabricante.

Por ejemplo para una batería de 55 A-h la intensidad de carga será de 5,5 A, comprobando que la temperatura interna del electrólito no supera e valor de 25 a 30 ºC. La carga debe ser interrunpida cuando la temperatura de uno de los vasos centrales alcance los 45 ºC y reemprendida de nuevo cuando se halla enfriado.

En los aparatos de carga rápida la intensidad de la corriente de carga se mantiene frecuentemente constante mediante un dispositivo de regulación especial, por cuanto que se aumenta automáticamente la tensión de carga.

Para impedir que se destruya la batería debido a la carga rápida, la tensión de carga se mantiene constante una vez alcanzada la tensión de formación de gases de 2,4 V por elemento. Conforme va aumentando la carga va descendiendo la intensidad de la corriente de carga.

Carga normal:

Es una carga con una intensidad de la corriente de carga que corresponde aproximadamente al 10 % del valor numérico de la capacidad nominal.

Carga rápida:

Es una carga con una intensidad de la corriente de carga que puede suponer como máximo el 80 % del valor numérico de la capacidad nominal. La carga rápida puede, sin embargo, realizarse sólo hasta que se alcanza la tensión de formación de gases.

La temperatura del electrolito no puede sobrepasar los 55°C. Los aparatos de carga rápida tienen frecuentemente dispositivos de control que interrumpen la carga una vez alcanzada la tensión de formación de gases, o bien cuando se alcanza la temperatura máxima admisible del electrolito.

Carga de conservación:

Las baterías paradas se descargan automáticamente. La auto descarga puede suponer hasta el 1 % de la capacidad por día; es dependiente del estado de la batería, de la concentración del ácido y de la temperatura del electrolito.

La intensidad de la corriente de carga de conservación es aproximadamente el 0,1 % del valor numérico de la capacidad nominal. Si no es posible realizar ninguna carga de conservación, hay que efectuar una carga normal a intervalos de 1 a 2 meses.