Esterilización por gas

Las limitaciones de las técnicas de esterilización con soluciones químicas han hecho necesario utilizar otros métodos para la esterilización del instrumental sensible al calor o al agua. Uno de estos métodos emplea un gas el óxido de etileno que ha demostrado ser bactericida cuando se lo emplea de acuerdo con condiciones ambientales controladas de temperatura y humedad, así como una concentración adecuada de gas, durante un período de tiempo dado de exposición esterilizante.

Los esterilizadores de óxido de etileno se fabrican actualmente en una diversidad de tamaños, desde el pequeño modelo de mesa portátil (cuya cámara mide aproximadamente 7,5 cm de diámetro), hasta el gran aparato que se encuentra en los hospitales.

Las cámaras más pequeñas usan gas provisto por cartuchos metálicos adecuados. Los esterilizadores grandes están conectados a tanques mayores. El costo relativamente alto de los esterilizadores de óxido de etileno frecuentemente es el resultado de que se los emplea sólo una o dos veces por día, más a menudo para esterilización nocturna de una sola carga. Es necesario un aparato herméticamente sellado para asegurar económicamente la retención del costoso gas en su concentración más efectiva durante un período de tiempo prolongado, que oscila entre 2 y 12 horas.

Dado que el óxido de etileno es altamente difusible, requiere un aparato contenedor de precisos detalles de fabricación bajo condiciones áridas, se sabe que los microorganismos desecados resisten a la efectividad bactericida del óxido de etileno. Por lo tanto, la humedad relativa dentro de la cámara esterilizadora debe controlarse dentro de un rango óptimo de 40 a 50 %. También la eficiencia del esterilizador de gas Se ve reducida directamente por la temperatura, cuando ésta cae por debajo de los 22°C.

En general, la esterilización gaseosa, como se la emplea actualmente en técnicas de óxido de etileno, llena un vacío en las técnicas de esterilización actualmente disponibles, pero sus desventajas apuntan a la urgente necesidad de lograr métodos mejores y menos costosos.

Fuente: Libro de Cirugía oral y maxilofacial de Gustav O. Kruger, 5ta edición.