Organismos vivos y la alimentación

En la gran mayoría de alimentos que ingerimos proceden de los seres vivos y dado que todos los seres vivos contienen genes se puede afirmar que habitualmente comemos una gran cantidad de genes.

No obstante, no siempre ingerimos genes con todos los alimentos. Por ejemplo, la leche es un fluido animal que no contiene células cuando procede de un animal sano y por eso si no se contamina con microorganismos la leche estará libre de genes.

Este es el caso, entre otros, de los aceites vegetales muy refinados o de las bebidas alcohólicas sometidas a destilación.

No sólo comemos microorganismos que puedan estar incluidos en grandes cantidades en alimentos fermentados (yogur), sino también otros seres vivos macroscópicos como los vegetales (frutas, verduras, etc.) que una vez recolectados siguen siendo materia viva sujeta a cambios, aunque de una forma distinta que cuando se encontraban en el árbol o en el campo, a no ser que se inactiven por procesos de conservación o estabilización.

Qué decir de las ostras y otros animales que según las diferentes culturas y tradiciones se ingieren vivos.

Fuente: Sociedad Española de Biotecnología