Cómo funciona una alarma
Si pensamos en una alarma de coche en su forma más sencilla, lo haremos uniendo una serie de sensores conectados a una algún tipo de sirena. La alarma más simple debe tener un interruptor en la puerta del conductor, y cableada de tal manera que si alguien la abriera, la alarma comenzaría a sonar. Podríamos construir este tipo de alarma con un interruptor, unos cuantos cables y una sirena. La mayoría de alarmas modernas son mucho más sofisticadas que esto.
Constan principalmente de los siguientes elementos:
- Una serie de sensores que pueden incluir interruptores, sensores de presión y detectores de movimiento.
- Una sirena, que frecuentemente dispone de una variedad de tonos con los que podrás diferenciar el sonido de tu coche.
- Un receptor de radio para permitir un control inalámbrico desde la llave o mando.
- Una batería auxiliar que permite que la alarma pueda funcionar con la batería principal desconectada.
- Una centralita que monitoriza cada acción y que hace saltar la alarma y los sonidos.
El cerebro en los sistemas más avanzados es realmente un pequeño ordenador. La función del cerebro es la de cerrar los interruptores que activan los dispositivos de la alarma -el cláxon, destellos o una sirena instalada- cuando realmente detectan que los dispositivos están abiertos o cerrados. Los sistemas de seguridad difieren principalmente en qué clase de sensores utiliza y del valor económico de los dispositivos que se haya en el cerebro.
Los dispositivos y el cerebro de la alarma deben estar unidos a la batería del coche, pero de todas maneras suelen tener una batería auxiliar. Esta batería oculta entra en funcionamiento cuando alguien desconecta la fuente principal de energía (desembornando la batería, por ejemplo).
El caso de cortar la alimentación indica la posible presencia de un intruso, lo cual provoca que el cerebro dispare la alarma.