Sensores de presión
Una manera simple para una alarma de detectar un intruso es monitorizando los niveles de presión de aire. Incluso si no hay presión diferencial entre el interior y el exterior, el acto de abrir una puerta o romper una ventana empuja o aspira el aire del interior, creando un breve cambio en la presión.
Podemos detectar fluctuaciones en la presión del aire con un simple altavoz. Un altavoz tiene dos componentes principales:
- Un cono móvil
- Un electroimán, rodeado por un imán natural, sujeto al cono
Cuando hacemos sonar música, una corriente eléctrica fluye arriba y abajo a través del electroimán, esto hace que se mueva al mismo tiempo, tirando y empujando al cono, creando fluctuaciones en la presión del aire cercano. Nosotros percibimos estas fluctuaciones como sonidos.
El mismo sistema puede funcionar al revés, lo que ocurre en un sensor de presión básico. Las fluctuaciones de presión mueven el cono arriba y abajo, lo que empuja y tira del electroimán. Como sabemos, un electroimán moviéndose dentro de un campo magnético natural genera una corriente. Cuando la central registra una corriente proveniente de este sensor, reconoce que algo ha causado un rápido incremento de presión dentro del coche. Esto hace pensar que alguien ha abierto una puerta o una ventana.
Algunos sistemas de alarmas emplean la instalación de audio del coche, pero otros tienen sensores propios que están específicamente diseñados para esto.
La conjunción de los sensores de presión, de rotura de cristales y de puertas desempeñan un gran trabajo detectando las intrusiones en el coche, pero algunos ladrones pueden llegar a hacer muchos daños sin ni siquiera entrar en el coche. En la siguiente sección, veremos algunos sistemas de seguridad que vigilan qué ocurre fuera de nuestros coches.