El transmisor en la alarma del automóvil
La mayoría de alarmas incluyen algún tipo de mando transmisor en la llave. Con este dispositivo puedes mandar instrucciones al cerebro del sistema de alarma y a distancia. Funciona básicamente de la misma forma que los coches teledirigidos. Utiliza un impulso de radio modulada para enviar mensajes específicos. El llavero transmisor de una alarma: el transmisor nos permite cerrar las puertas, conectar y desconectar la alarma y apagar la sirena desde fuera del coche.
La función del transmisor de la llave es la de permitirle encender y apagar el sistema de alarma a voluntad. Después de que se haya bajado del coche y haya cerrado la puerta, puede conectar el sistema tocando un solo botón; cuando vuelva al coche usted podrá desconectarlo de la misma manera.
En la mayoría de los sistemas, al conectar y desconectar se encenderán las luces y se tocará el claxon. Esto le permite al igual que a los de alrededor que el sistema está conectado. Esta innovación ha hecho las alarmas mucho más fáciles de usar. Antes de los transmisores remotos, los sistemas de alarmas actuaban con un sistema de retardo.
Al igual que un sistema en una vivienda, se activa la alarma cuando se aparca el coche y se dispone de 30 segundos más o menos para salir y cerrar las puertas. Cuando abriésemos el coche, tendríamos el mismo tiempo para apagar la alarma una vez estuviésemos dentro. Este sistema fue muy problemático porque les daba a los ladrones una oportunidad de desconectar la alarma antes de que la sirena sonase.
Los transmisores también te permiten abrir los seguros, encender las luces y apagar la alarma antes de que subamos al coche. Algunas otras te dan incluso más control sobre el cerebro del sistema. Estos dispositivos tienen un ordenador central y un sistema de diagnosis. Cuando un intruso molesta a su vehículo, el ordenador comunica con la diagnosis de la llave y te informa acerca de los sensores que se han disparado.
Para los sistemas más avanzados puedes comunicarte con el cerebro, indicándole que apague el motor. Desde que el transmisor controla el sistema, el patrón de la modulación del pulso debe actuar como una llave. Para una línea particular de alarmas en los dispositivos, habrá millones de codificaciones distintas. Esto convierte el lenguaje de comunicación del sistema de alarma único, por lo que nadie podrá usar su coche con otro transmisor.
Este sistema es bastante efectivo, pero no infalible. Si un determinado ladrón quiere entrar dentro del coche, pueden usar un detector de claves y hacer una copia de la suya. Un detector de claves es un receptor de radio que es sensible ante la señal del transmisor original. Recibe el código y lo graba. Si el ladrón consigue tu código de «desarme», puede programar otro transmisor para imitar exactamente tu señal «única». Con este código copiado el ladrón puede romper el sistema de alarma la próxima vez que dejes tu coche descuidado.
Para afrontar este problema los sistemas avanzados han establecido una serie nueva de códigos cada vez que se activa la alarma. Utilizando algoritmos de codificación, el receptor encripta el nuevo código de «desarme» y lo envía al transmisor. Desde el transmisor solo se usa el código una vez, por lo tanto que alguien intercepte el código es inútil.
Desde principios de los 90 las alarmas de coches han recorrido un largo camino, y se han hecho algo cotidiano. En los próximos 10 años seguramente se produzca un gran salto en cuanto a avances tecnológicos en alarmas. Los GPS han abierto un gran abanico de posibilidades. Si el receptor estuviese conectado al cerebro del sistema podría decirte a ti y a la policía en qué lugar se encuentra tu coche. De esta forma, aunque alguien lograra burlar el sistema de alarma, no te