Extrañeza
Lo extraordinario y lo inesperado atraen nuestra curiosidad humana natural.
El hecho de que algo sea noticia depende también de la composición de los miembros de la audiencia propuesta y no sólo es cuestión de dónde viven sino también de quiénes son.
Los diversos grupos de individuos tienen diferentes estilos de vida y preocupaciones que los hacen interesarse por distintos tipos de noticias.
Un programa de noticias por radio dirigido a oyentes jóvenes puede incluir notas sobre estrellas de la música o del deporte que no serían publicadas en un periódico de negocios para lectores de más edad y fortuna.
Una revista semanal enfocada en las noticias médicas informa sobre el ensayo de un fármaco experimental porque es probable que eso les interese a los médicos que la leen.
En cambio la mayoría de los periódicos locales de interés general pasarán por alto esa nota, a menos que se suponga que el producto será capaz de curar alguna enfermedad muy conocida. La excepción podrían ser los periódicos de la comunidad en la cual se lleva a cabo la investigación.
Las organizaciones de noticias ven su trabajo como un servicio público, por lo cual difunden información que la gente necesita saber para orientar su vida diaria y ser ciudadanos productivos de una democracia.
Pero la mayoría de las organizaciones de noticias también son empresas orientadas a la obtención de beneficios económicos para sobrevivir, por lo cual incluyen entre las noticias artículos para captar una audiencia numerosa, es decir, historias que pueden atraer a la gente sólo porque son interesantes.
No hay razón para que esas dos características estén en conflicto. De hecho, en un día determinado varias de las mejores historias son importantes e interesantes a la vez.
Sin embargo, es muy común que las organizaciones de noticias dividan éstas en dos categorías básicas: las duras y las blandas, también llamadas artículos de interés (features).
Fuente: Manual de periodismo independiente de Deborah Potter