Exploración intraoral

Introducción

Explorar minuciosamente la cavidad oral y la orofaringe es uno de los deberes esenciales del odontólogo, incluso en el contexto del reconocimiento precoz de lesiones malignas, ya que es el quien reconoce regularmente esta región del cuerpo. Es imprescindible realizar la exploración siguiendo una secuencia sistemática, de manera que se pueda valorar de forma rápida y fluida la situación actual de la cavidad oral, sin descuidar ni olvidar nada.

Mucosa, lengua

En este apartado habrá que examinar lo siguiente:

– ¿Existen alteraciones en la mucosa bucal, especialmente en relación con la prótesis actual (si es que la hay)
– ¿Existen inserciones altas de bridas o frenillos (región yugal, frenillo lingual) o pliegues de la mucosa que puedan interferir en el encaje de la prótesis?
– ¿Existen características anatómicas, torus mandibulares, torus palatinos, forma de la tuberosidad maxilar y zonas contiguas, suelo de boca duro/blando, forma de la zona sublingual, posición del suelo de la boca?
– ¿Dónde se encuentra el límite entre encía adherida y no adherida?
– ¿Existe macroglosia provocada por un edentulismo prolongado?
– ¿Cuál es el grado de higiene bucal: depósito de cálculo, índice de sangrado, índice de placa?

Dientes

Habrá que valorar lo siguiente:

– Estado de los dientes, disposición y situación de los dientes remanentes (clases de eichner, clases de kennedy, clases de Körben)
– Valoración protésica.
– Estado periodontal
– Relación coronorradicular
– Forma de la raíz
– Número de raíces
– Grado de inclinación
– Superficie del periodonto con carga
– Movilidad dentaria
– Sonido a la percusión
– Vitalidad
– Medición de la destrucción por caries.

Exploración radiológica

– Reducción ósea: horizontal y vertical
– Periodontitis marginales y apicales
– Restos radiculares
– Dientes incluídos o impactados
– Extensión de los senos maxilares
– Recorrido del conducto alveolar inferior
– Otros hallazgos dentro del hueso maxilar, quistes, osteólisis, radioopacidades.

Exploración funcional

Para una orientación rápida se empleará el protocolo de Krogh Poulsen:

– La máxima apertura bucal activa ¿es menor de 40 mm?
– Al abrir la boca, ¿se desplaza la mandíbula respecto a la línea media?
– La distancia entre la posición de reposo y la posición de intercuspidación máxima ¿es mayor de 4 mm?
– ¿Existe dolor a la palpación en la zona de una o ambas articulaciones?
– ¿Existe dolor a la palpación en los músculos masticatorios?
– Se escuchan ruidos en una o en ambas articulaciones?
– Existe alguna diferencia entre la posición de contacto máximo y la intercuspidación habitual?
– La distancia o trayectoria desde la PIM a la relación céntrica ¿es mayor de 1mm?
– ¿Es asimétrica la trayectoria desde RC a PIM?

Si una o más respuestas son afirmativas, existe riesgo de alteración funcional, y ésta deberá resolverse mediante un tratamiento protésico definitivo.