Características del impresionismo
Rechazo del realismo academicista. La línea, el volumen y el claroscuro no tienen ninguna importancia.
Figuración con eliminación del detalle y de todo carácter descriptivo.
Indiferencia por el tema, la única preocupación es la luz y el color fugaces.
Búsqueda de la belleza de la sensación directa. Las formas se plasman de modo no acabado, impreciso y vaporoso, llegando incluso a desmaterializarse.
Preocupación por fijar las impresiones momentáneas de la naturaleza. El pintor sale al campo con su caballete en busca de la luz fugaz y el rápido cambio de los colores.
Representación plástica de la vibración óptica de la luz. Creación de efectos cromáticos mediante la utilización de colores complementarios y colores modulados en cálidos y fríos del mismo valor.
Búsqueda de la claridad y la luminosidad. Rechazo de los colores oscuros, el negro queda proscrito. Aplicación directa de los colores puros en la tela, sin mezclarlos previamente en la paleta, con la finalidad de obtener coloraciones luminosas, «limpias» y transparentes.
Interés por plasmar los efectos cambiantes de la luz. (Monet pinta más de cuarenta telas de la catedral de Ruán vista a diferentes horas del día).
Utilización de una reducida gama de colores. Principalmente los colores puros del prisma.
Enriquecimiento de la pintura con nuevos temas. Boulevares, calles trepidantes, jardines, carreras de caballos, etc.
Fuente: Apunte Historia del Arte del Siglo XVIII al Siglo XX de la U de Londres