La guerra de Corea
Corea, que había estado bajo control japonés desde 1905, fue dividida tras la II Guerra Mundial siguiendo el paralelo 38 que atraviesa la península de Corea. Se establecieron dos gobiernos paralelos, uno al norte, respaldado por la URSS, y otro al sur, apoyado por Estados Unidos. Cuando fuerzas norcoreanas atacaron el sur el 25 de junio de 1950, el Consejo de Seguridad consideró el ataque una violación de la paz y exigió la retirada de las tropas norcoreanas al norte del paralelo 38.
En otras dos resoluciones, el Consejo estableció un mando de la ONU bajo los auspicios de Estados Unidos y pidió a las naciones miembros que proporcionaran unidades militares que ayudaran a repeler el ataque armado a Corea del Sur.
Había dos elementos poco usuales en el caso de Corea. El primero era la ausencia de la URSS del Consejo de Seguridad. Seis meses antes, el delegado soviético había abandonado el Consejo como protesta por la presencia continuada del portavoz nacionalista en el escaño designado para China, a pesar de la derrota de los nacionalistas y del establecimiento de un gobierno comunista en la China continental. La URSS no estuvo, pues, presente para vetar las medidas del Consejo contra el régimen norcoreano, que contaba con el apoyo soviético.
Cuando el delegado soviético volvió al Consejo en el mes de julio, declaró ilegal la acción en Corea, dado que se había emprendido sin el consentimiento de todos los miembros permanentes del Consejo. Estados Unidos replicó que la decisión se había tomado con el acuerdo de aquellos miembros permanentes que se hallaban presentes y que habían participado en la votación. En esta controversia, la URSS realizó una interpretación estricta de las provisiones de la Carta, mientras que la de Estados Unidos fue una interpretación amplia, cada uno motivado por intereses políticos.
Un segundo elemento en el caso coreano fue el establecimiento de una unidad militar de la ONU, que era, en verdad, un mando militar estadounidense, compuesto por tropas de 16 estados miembros y de la República de Corea. Como no se había alcanzado ningún acuerdo previo para proporcionar a la ONU fuerzas militares, el Consejo de Seguridad tomó medidas ad hoc, solicitando a Estados Unidos poder utilizar su ya establecida estructura militar como base para las acciones de la ONU. Corea sigue siendo un tema pendiente en la agenda de la Asamblea General, aunque se han aprobado resoluciones instando a las dos partes a sustituir el largo armisticio por una paz estable. Tanto Corea del Norte como Corea del Sur fueron, en 1991, admitidas en la ONU.
Una consecuencia importante del conflicto coreano fue la resolución “Unidos por la Paz”. Después de que la URSS volviera al Consejo de Seguridad, Estados Unidos presentó a la Asamblea General una resolución que autorizaba a ésta a tratar casos que amenazaran la paz cuando un veto impidiese la acción del Consejo. Esta resolución, denominada “Unidos por la Paz”, adoptada el 3 de noviembre de 1950, hizo explícita una ampliación de la autoridad de la Asamblea General en materia de paz y seguridad.