Autoevaluación

En la medida que se está tratando con adultos es interesante introducir en el proceso de formación elementos que permitan la propia autoevaluación de los participantes.

Para ello se hace imprescindible que conozcan los objetivos que se persiguen con el programa y ayudarles a reflexionar sobre los logros que están alcanzando.

A modo de ejemplo, se puede utilizar un cuestionario o un ejercicio para que sea contestado por los participantes al inicio del programa.

Posteriormente, al final del programa se les vuelve a proporcionar el mismo cuestionario o ejercicio para que comprueben lo que han aprendido. Fuente: Libro Aprender a enseñar de Oriol Amat