Evaluación inicial o diagnóstica en la educación preescolar
El docente debe partir de una observación atenta de sus alumnos para conocer sus características, necesidades y capacidades, además de interesarse por lo que saben y conocen. Esta evaluación deberá realizarse durante las primeras dos o tres semanas del ciclo escolar.
El docente será responsable de diseñar una variedad de situaciones de aprendizaje durante estas primeras semanas, considerando competencias de los seis campos formativos (consulte el apartado de “Planificación”), que le permitan observar estos rasgos en sus alumnos, información que deberá quedar registrada para su consulta y sistematización.
Es comprensible que este periodo de tiempo no sea suficiente para agotar la observación individual del dominio de capacidades de todos los campos formativos, por lo que se espera que el docente considere este tipo de evaluación como un primer acercamiento o un sondeo del desarrollo de los niños, a partir de los aprendizajes esperados que considere de mayor relevancia para el grado de sus alumnos.
En estas primeras semanas orientará también sus esfuerzos a la integración de los expedientes personales de sus alumnos, que le permita conocerlos y documentar sus apreciaciones, a partir de información acerca de ellos y de sus familias.
Una vez que se organizó y sistematizó el registro de sus observaciones y se enriqueció con la información obtenida de las familias, el docente define cómo y en qué orden de prioridades se considerarán los aprendizajes esperados y los campos formativos, con el fin de mantener un equilibrio al trabajar con éstos.
Este será el criterio inicial para su planificación a lo largo del ciclo escolar, lo que no limita la posibilidad de reajustar el orden de prioridades a partir de la adquisición de aprendizajes de los alumnos y del impacto de la intervención docente.
Fuente: Guía para la Educadora Preescolar SEP