La formación es un proceso de comunicación
Se trata de un proceso de comunicación y, por tanto, es aplicable el esquema típico en el que existen varios elementos: emisor (profesor), receptor (alumno o participante), mensaje (contenido educacional), un canal auditivo o visual (explicaciones del profesor) y unos objetivos (pedagógicos).
El alumno, a su vez, a medida que va recibiendo mensajes también emite mensajes. Por tanto, la formación es algo más que una simple emisión de información por parte del profesor, ya que se trata de un proceso de comunicación interactivo. En los casos en que el método sea más activo, el papel del alumno como emisor aumentará. El profesor tiene que considerar que, en general:
– Lo que vale es lo que entiende el receptor. Por tanto, cuando la mayoría de alumnos no entienden las explicaciones del profesor o suspenden el examen, es posible que no toda la responsabilidad sea de los alumnos. Es decir, el emisor tiene una importante cuota de responsabilidad en relación a lo que entiende el receptor.
– Al mismo tiempo, no hay que perder de vista que el alumno también tiene una buena parte de responsabilidad. Aspectos tales como la puntualidad, la atención en clase, formulación de preguntas, consultas al profesor fuera de las horas lectivas, o el esfuerzo dedicado a preparar la asignatura de acuerdo con las indicaciones del profesor, dependen de la actitud de los alumnos.
– Se precisan ciertas condiciones en el receptor, el mensaje, el emisor y el feed-back para que el proceso funcione y se produzca el cambio deseado. Fuente: Libro Aprender a enseñar de Oriol Amat