Castigos en su justa medida para los hijos desobedientes
Los niños desobedecen las órdenes de los adultos con cierta frecuencia, esto lo hacen para descubrir dónde están los límites, de retar y de demostrar que ellos también tienen su carácter y quieren mandar.
Para poder mantener el control como padre se deben seguir los siguientes consejos:
- Para que un castigo sea educativo se debe a los hijos, sin gritos ni manifestaciones agresivas y con calma, por qué su conducta ha sido incorrecta e instarle a corregirla
- El niño debe conocer de antemano los límites que no puede sobrepasar y el castigo que recibirá si lo hace para sopesar si le merece la pena saltarse las normas.
- El castigo debe ser inmediato, proporcional, equilibrado y coherente a la edad, al grado de madurez y al tipo de falta cometida.
- No usar restricciones absolutas como “te quedas sin paga para siempre” y castiga con coherencia. Es imposible que se pase una semana sin ver la tele, prohíbele disfrutar de su serie favorita un par de días.
- Enseñarle a acatar el castigo dando aviso de lo que hizo dando tres advertencias, no más.
- No le perdonar el castigo así como así y, de hacerlo, explícale por qué lo has hecho. Si has pagado un enfado tuyo con él y le has sido demasiado severa, pídele disculpas, explícaselo y rectifica.
- No usar sus necesidades básicas para castigarle; ni su descanso, ni su alimentación, ni los deportes que practique.
- Educa a tu hijo sin gritos ni le compares con otros niños, menos con sus hermanos.
- Si intenta abrazarte, darte un beso o decirte que te quiere para reparar el daño hecho, no le rechaces pues podría sentirse dolido.
- Anímale cuando actúa bien, reforzando ese comportamiento, prestándole atención cuando obedezca y tenga buena actitud y comentándole que esa es la forma como debe comportarse.