Qué hacer con un niño que siente celos de su nuevo hermano
Han sido meses, o incluso años, de reinado familiar y protagonismo único. Pero, irremediablemente, el centro de atención se desvía con la aparición de un nuevo hermano con el que debe compartir juegos, espacio y atención de los padres. El nacimiento de un hermano es para el hijo único un cambio radical , como tal, debemos prestarle la atención que requiere.
Es importante que asumas que tu embarazo supone una amenaza para tu hijo y tanto tú como tu pareja deben trabajar desde un primer momento para que la llegada del bebé sea simplemente un momento feliz y no suponga una escisión o problema familiar. Algunas claves:
– Hazle sentir especial. Resulta muy positivo que el pequeño sea partícipe de tu embarazo, que poco a poco vaya viendo cómo su hermano va creciendo dentro de ti y que te ayude a preparar su llegada. Evitar el factor sorpresa no evitará los celos pero sí el shock inicial.
– No es el pequeño pero sí el mayor. Incúlcale el amor por su hermano nada más nacer, si se siente importante como hermano mayor y protector, disminuirán los celos por él y aumentará su deseo de cuidarle.
– Protégele. Hazle saber que tiene vuestro apoyo incondicional. No dejes que la falta de tiempo tras el parto haga que sus necesidades afectivas sean desatendidas sino todo lo contrario. Potencia tu cariño hacia tu hijo y préstale más atención que la que le dedicas habitualmente.
– Compréndele. Los celos son un sentimiento muy común y una reacción natural, más aún cuando el que los padece es un niño. Intenta ponerte en su situación y sé comprensiva con él, en ningún caso le recrimines su actitud ni le hagas reproches constantemente.
– Advierte a tus familiares y amigos. Tanto en el hospital como en casa, recibirás multitud de visitas y muchas de ellas te obsequiarán con regalos para el bebé. Aunque en algunos casos sea inevitable, pide a tu entorno más cercano que no te los entreguen delante de tu hijo. Esta situación le hará sentirse desplazado y no beneficiará a la relación con su nuevo hermano. Además, dedícate a él mientras el resto adora a la cuna del recién nacido.
– No cedas ante el chantaje. Esta novedad familiar puede provocar que el príncipe destronado utilice el chantaje como método de presión. Actitudes como «si no me haces caso, no como» o «él tiene más que yo, no te hago caso» deben ser cortadas de raíz, dejando claro que son hermanos pero no iguales en todo y, por tanto, la decisión sobre cómo repartir o efectuar órdenes está en tu mano y en la de tu pareja.
– ¿Comparaciones?. Tus hijos son diferentes en gustos, aptitudes y comportamientos. Cada uno tendrá unas cualidades y unos defectos que nunca debes emplear como agravio comparativo para recriminarle o llamarle la atención.
– Ante todo, sé natural. Vive la llegada de tu bebé como un momento pleno de felicidad, no te agobies pensando en cómo actuarás o en si tu hijo sufrirá. Simplemente porque tu sentido común permitirá que no lo haga y te ayudará a tomar en cada momento las decisiones más oportunas. Ante la duda, emplea siempre una naturalidad que te ahorrará el trance de ser la madre de un príncipe destronado.