Impresionismo
Aunque los hallazgos del impresionismo francés resultaron decisivos para la pintura del siglo XX, los intentos por plasmar los efectos de la luz natural no eran nuevos.
En el siglo XVII Jan Vermeer había utilizado fuertes contrastes de luces y sombras para bañar sus lienzos de luz natural. Diego Velázquez en el mismo siglo y Francisco de Goya a finales del siglo XVIII captaron la impresión lumínica mediante la eliminación de sombras secundarias y la introducción de zonas de luz en detrimento de la nitidez de los contornos. Su pincelada también preludió la de los impresionistas franceses.
Los precursores inmediatos del impresionismo fueron los ingleses John Constable y J. M. W. Turner. Cuando Monet y Pissarro vieron por primera vez sus obras en 1871 se sintieron conmovidos por la atmósfera y los efectos difusos de luz característicos de la pintura de Turner. Los pintores de la Escuela de Barbizon fueron también antecedentes del movimiento impresionista francés.
El Impresionismo es un movimiento pictórico francés de finales del siglo XIX que apareció como reacción contra el arte académico. El movimiento impresionista se considera el punto de partida del arte contemporáneo. Por extensión, el término también se aplicó a un determinado estilo musical de principios del siglo XX.
El impresionismo en pintura partió del desacuerdo con los temas clásicos y con las encorsetadas fórmulas artísticas preconizadas por la Academia Francesa de Bellas Artes. La Academia fijaba los modelos a seguir y patrocinaba las exposiciones oficiales del Salón parisino. Los impresionistas, en cambio, escogieron la pintura al aire libre y los temas de la vida cotidiana.
Su primer objetivo fue conseguir una representación del mundo espontánea y directa, y para ello se centraron en los efectos que produce la luz natural sobre los objetos.
Las figuras principales del movimiento fueron: Edgar Degas, Claude Monet, Berthe Morisot, Camille Pisarro, Auguste Renoir y Alfred Sisley.
Los impresionistas se preocuparon más por captar la incidencia de la luz sobre el objeto que por la exacta representación de sus formas, debido a que la luz tiende a difuminar los contornos y refleja los colores de los objetos circundantes en las zonas de penumbra.
Los pintores académicos definían las formas mediante una gradación tonal, utilizando el negro y el marrón para las sombras. Los impresionistas eliminaron los detalles minuciosos y tan sólo sugirieron las formas, empleando para ello los colores primarios – ciano, magenta y amarillo – y los complementarios – naranja, verde y violeta –.
Consiguieron ofrecer una ilusión de realidad aplicando directamente sobre el lienzo pinceladas de color cortas y yuxtapuestas, que mezcladas por la retina del observador desde una distancia óptima aumentaban la luminosidad mediante el contraste de un color primario (como el magenta) con su complementario (verde).
De este modo, los impresionistas lograron una mayor brillantez en sus pinturas que la que se produce normalmente al mezclar los pigmentos antes de aplicarlos.
El impresionismo se da a conocer en 1874 en una exposición celebrada en París en el estudio del fotógrafo Nadar.
En esa muestra, celebrada de modo paralelo al Salón oficial, un grupo de pintores (Bazille, Cézanne, Monet, Pisarro, Degas, Morisot, Renoir y Sisley) ponen de manifiesto su voluntad colectiva de hacer un arte nuevo que rompa con el academicismo y el adocenamiento artístico imperante en la época.
Las obras expuestas motivaron el rechazo generalizado de la crítica y del público. Un cuadro de Monet titulado «Soleil levant, Impression» (Sol naciente, Impresión) sirvió al crítico Leroy para bautizar al nuevo movimiento con el nombre despectivo de «impresionismo».
Antes de esa primera exposición hubo un periodo inicial de formación de unos quince años durante el cual se fueron cuajando las bases que definen este movimiento. Durante ese periodo fue clave la figura de Manet, quien se convirtió en el abanderado del antiacademicismo con obras como Olimpia y La merienda campestre.
El grupo impresionista realizó siete exposiciones más, en 1876, 1877 (que mostró el momento de mayor cohesión del movimiento), 1879, 1880, 1881, 1882 y en 1886. A lo largo de esos años dejaron el grupo algunos de los pioneros (Cézanne, Renoir, Monet, Sisley) y se incorporaron otros (Gauguin, Redon, Cassatt, Seurat, Signac).
Fuente: Apunte Historia del Arte del Siglo XVIII al Siglo XX de la U de Londres