Cirugía de la obesidad
Cada vez se operan en el mundo un mayor número de pacientes con obesidad grave. Una buena selección de los pacientes, así como la adecuada educación nutricional y el seguimiento a largo plazo, pueden lograr evitar las severas complicaciones de esta cirugía.
Los pacientes con obesidad mórbida y los que presentan complicaciones derivadas de su obesidad, como diabetes o síndrome de apea del sueño, se están tratando cada vez con mayor frecuencia con una intervención quirúrgica, habitualmente con excelentes resultados. Sin embargo, periódicamente aparece en la prensa casos de pacientes intervenidos que presentan complicaciones, que pueden llegar incluso a la muerte. Desde luego, este tratamiento no es la panacea, sino que es una cirugía muy importante no exenta de riesgos, que puede conllevar complicaciones severas.
Hay que tener en cuenta que los pacientes sometidos a cirugía tienen ya un alto riesgo de complicaciones, tanto de la propia técnica quirúrgica como derivadas de la anestesia y de los cuidados posteriores. Pero estas personas también tienen un alto riesgo de problemas derivados de su obesidad. Por lo tanto, es preciso una selección adecuada de los pacientes, haciendo un balance de la relación riesgo/ beneficio. Además, a pesar de la operación es necesario realizar una «dieta» adecuada, para toda la vida.
Por ello, se considera que este tratamiento no es la «panacea», sino un mal menor derivado de la falta de otros medios suficientemente eficaces para el tratamiento de la obesidad mórbida. Con estas operaciones es muy importante el seguimiento médico a largo plazo.
El fin último de esta cirugía es no sólo la disminución de peso, sino disminuir las complicaciones asociadas a la obesidad, así como mejorar la calidad de vida de los pacientes.