Errores típicos en innovación
Los errores típicos en innovación son de cuatro tipos: estrategia, procesos, estructura y habilidades. En las últimas décadas hemos vivido olas de innovación: la informática, la reingeniería, Internet, etc. ¿Cuáles han sido los errores más frecuentes en la que las empresas han caído en estas distintas olas sucesivas de innovación? Parece que uno de los problemas principales en todas ellas se resume en la dificultad de congeniar la necesidad de explotar el negocio actual con la de explorar el negocio a futuro.
Según la profesora de Harvard Rosabeth Moss Kanter, los errores típicos en innovación son de cuatro tipos: estrategia, procesos, estructura y habilidades.
Estrategia:
La avaricia motiva que se tienda a buscar una innovación brusca que sacuda el mercado, pero lo normal es que la innovación que funciona es un proceso lento que funciona por capilaridad, de abajo a arriba en la organización.
Proceso:
No se puede controlar el proceso de innovación de la misma forma en que se controlan otras funciones en la organización. La innovación tiene en esencia un punto de rebeldía, y requiere permitir pensar, permitir probar, y una forma distinta de asignación de presupuesto.
Estructura:
Resulta difícil gestionar la relación entre el negocio convencional («sudar para vivir») y la innovación («la diversión de crear cosas nuevas»). Sobre todo cuando es el negocio convencional (el mainstream) el que tiene el «grifo» de los recursos. Por ello es fundamental estimular las conversaciones entre negocio e innovación.
Habilidades:
Es preciso poner al frente de proyectos de innovación a personas con capacidad de liderazgo, de motivación y movilización de personas, que sepan definir y conseguir objetivos comunes. No hay innovación sin liderazgo.
La innovación no debe ser cosa de un grupo autista de locos individualistas obsesionados por el futuro, pero tampoco puede ser una unidad más, sometida a la rigidez de un presupuesto y a las métricas del éxito convencionales.