Cómo funcionamos sexualmente
Cuando se habla del funcionamiento sexual, nos hemos de parar a hablar de lo que llamamos respuesta sexual humana. Ésta se refiere a todos aquellos cambios fisiológicos que se producen en el organismo, tanto femenino como masculino, durante la práctica sexual y qué tienen mucha más importancia de lo que puede parecer.
Preguntas como ¿hay diferencias entre hombres y mujeres?, ¿todos nos excitamos igual o hay diferencias entre personas?, ¿en qué influye la respuesta sexual?… son frecuentes y quedan sin responder si desconocemos cómo funcionamos a nivel sexual.
Lo primero que hemos de saber es que durante la respuesta sexual, tanto en hombres como en mujeres, se dan dos reacciones fisiológicas básicas que son la vasocontricción -o sea aumenta el volumen de la sangre concentrada en los tejidos corporales de los genitales y del pecho en el caso de la mujer-, pero también se produce otra reacción que es el aumento de la tensión neuromuscular, -en todo el cuerpo y no sólo en los genitales- que conocemos como miotonía, que en realidad es una acumulación de energía tanto en los nervios como en los músculos.
Estos cambios fisiológicos están clasificados en varias fases, y cada una de ellas tiene unas características diferenciadas. Estas fases las conocemos como:
– Excitación
– Meseta
– Orgasmo
– Resolución
Cuando se tienen una relación sexual, debe existir primeramente la excitación, mantener esa excitación el suficiente tiempo y, llegado a un determinado nivel pasar a la fase más conocida, el orgasmo, para después volver a una fase de reposo.
Aunque estas fases están diferenciadas a nivel teórico, en la práctica no siempre se perciben tan claramente. De hecho, las personas presentan diferencias sexuales ya no sólo individualmente, sino también por el hecho de ser hombres o mujeres, y por la misma causa, tampoco se responde igual con una pareja sexual que con otra.
Nunca hay que olvidar que la respuesta sexual, aunque parezca una cuestión fisiológica clara, está dominada por los pensamientos, sensaciones y emociones de las personas, que somos las que determinamos nuestra propia sexualidad.