Control prenatal

Es el conjunto de acciones y procedimientos sistemáticos y periódicos, destinados a la prevención, diagnóstico y tratamiento de los factores que puedan condicionar morbimortalidad materna y perinatal.

El control prenatal es para todas las embarazadas, pues está demostrado que el pronóstico del parto y del recién nacido son indudablemente mejores en las mujeres que se han controlado regularmente.

Pruebas prenatales durante el embarazo:

Primer trimestre

  • Dos ecografías, una en el primer control y otra entre las 12 y 14 semanas que es para descartar anomalías fetales de origen genético.
  • Análisis de Sangre y Orina: éstos permitirán definir el grupo sanguíneo y Factor Rh, Hemograma, pruebas para descartar sífilis (VDRL) y VIH-SIDA, pruebas tiroideas y serología para hepatitis B.
  • Tolerancia a la Glucosa Oral: consiste en una prueba de varias muestra de sangre (luego del consumo de ciertos grs. de glucosa líquida) y mide el nivel de glicemia en la sangre. Permite diagnosticar o descartar diabetes gestacional en la gestante.
  • Urocultivos: esta prueba permite descartar infecciones urinarias, por su asociación con parto prematuro, algunos autores aconsejar su realización mensual.

Segundo trimestre

  • Entre la semana 21 y semana 24, se efectúa otra ecografía de rutina, en la cual se hace una detallada evaluación anatómica de los órganos del feto para descartar malformaciones fetales, a través del ultrasonido es posible confirmar el sexo del bebé.

Tercer trimestre

Exámenes entre la semana 26 y semana 28

  • Hemograma, Sífilis (VDRL), Urocultivo y Tolerancia a la Glucosa Oral para descartar diabetes gestacional.
  • Ecografía en el séptimo mes: tiene como objetivo evaluar el crecimiento fetal y estimar el rango de peso al nacer.

Semanas antes del parto

  • Muestra de Secreción Vaginal: examen que se realiza a aquellas embarazadas que tendrán a su bebé por parto vaginal, el cual confirma o descarta la presencia de Estreptococo del grupo B, el cual podría producir grabes enfermedades en el bebé como septicemia neumonía o meningitis, o a largo plazo osteoartritis.