Estructuras anatómicas y la moda

Las modas se suceden y la línea de una completamente distinta a la precedente, pero la figura nunca cambia ni sus propias características: cuando éstas son estudiadas sin concesión será posible mantener, a través de todas las variaciones, lo mejor de las cualidades, porque se habrá corregido lo defectuoso y destacado lo atractivo. El peinado, el sombrero, guantes, bolso y accesorios actúan como notas complementarias en la armonía del conjunto y deben ser seleccionadas únicamente para que no intervengan como elemento de discordia.

En ocasiones las modas imponen líneas y formas que son inconvenientes con determinadas características de la figura o están en oposición con el carácter y la personalidad.

Por ejemplo la cara cuadrada no acepta pequeños rizos ni el pelo peinado hacia atrás desde la frente: el pelo debe ser largo para que cubra el contorno poco atractivo de la cabeza, las cejas gruesas y en curva natural y los labios pintados haciendo mayor su ancho. En la forma triangular se amplia la frente peinando el pelo hacia atrás o abultado a los lados y estrechándolo por debajo de las orejas. La pintura de labios puede ser resuelta ensanchando lo más posible la línea. Cuando el triángulo es invertido, o sea confrente ancha y mentón agudo el peinado que mejor conviene es en melena larga, ligeramente rizado y dejando la punta de las orejas al descubierto; las cejas naturales y la pintura de labios debe ser ligeramente arqueada y con el labio superior en corazón.

La cara rectangular se m odifica por pelo flojo a los lados y largo por delante; la pintura de los labios debe hacerse másancho el inferior. La cara redonda requiere pelo flojo y recargado en la parte superior y con ondas pequeñas y algo estiradas para aumentar la impresión del ancho; la línea de los labios debe ser ensanchada por la pintura. La cara romboide demanda flequillo o rizos en la frente, cejas arqueadas y labios a su ancho. El contorno más perfecto de cara es el ovalado; con este no caben alteraciones y todo debe ser natural, a menos que algún rasgo altere la regularidad expresiva.

Los cambios de los sombreros por su relación con cara, peinado y dibujo del traje afectan de manera notable a la forma general, pueden ser adaptados a estas características y sobre todo, a peinado y cara.

Las personas delgadas y altas deben hacer uso de sombreros con las alas vueltas hacia abajo y adorno bajo cerca del ala. Para las personas gruesas y bajas, cascos altos y de forma algo piramidal, alas hacia arriba y adorno sobre el casco. En las de cara redonda formas intermedias con adornos que aumente el largo y en las de cara delgada adornos a los lados y alas de lados irregulares. No deben ser utilizadas en los sombreros líneas que repitan las de estos detalles faciales exagerados ni tampoco aquellas otras que sean muy opuestos; únicamente las que tengan una cualidad transaccional.

Cuando las personas usan gafas o lentes se disimula este aditamento situando el adorno en la parte anterior del sombrero para establecer en éste el punto mayor de atención. En los sombreros con velo tienen que ser armonizados ambos; el uso de este suplemento que tiene cierta cualidad de misterio para disimular alguna imperfección del rostro o las huellas de la edad, p uede producir, cuando es muy ajustado a la faz, una desfiguración de ella, la neutralización d el brillo de los ojos y también el de la dentadura.

Los bolsos deben estar relacionados en forma, textura y color con el conjunto y tener un tamaño a escala con este y la figura. Las medias y los zapatos como todo factor de la indumentaria han de ser acordes con el traje, la ocasión y sin que establezcan un contraste extremado cuando interese destacar las piernas. La mujer alta no debe llevar medias y zapatos del mismo color o análogos al del traje; tampoco punteras muy afiladas, ni tacones altos y finos. La alta y gruesa tiene que evitar medias y zapatos claros o contrastantes en textura, tacones altos y suelas gruesas; para la mujer baja son inconvenientes, el uso de los zapatos y medias muy deportivos o escotados, tacones planos, hebillas grandes y los valores diferentes en el conjunto. Para las mujeres maduras o entradas en años son adecuados medias finas y algo oscuras y zapatos sencillos con tacones intermedios.

Las alhajas y bisutería, cuando son autenticas no se producen cambios muy frecuentes y radicales; el elevado desembolso que supone su adquisición hace que el comprador desee que el modelo pueda ser trasmitido de generación en genera ción sin que la cualidad de un estilo muy moderno lo perjudique. A pesar de este concepto conservado, la alta joyería no se substrae a los dictados de la moda y evoluciona el dibujo con ella. Las joyas y bisutería de adorno son notas de riqueza y lujo, pero también sirven para modificar el aspecto de quienes las exhiben. Un collar de cuentas grandes corrige un cuello alto, mientras uno que sea corto y tenga poca caída hace más delgado un cuello grueso. Con pendientes largos parece más alargada la cara y con los pequeños más corta, con un traje de tarde o calle deben llevarse alhajas y bisutería sencilla; la joyería de gran valor solo se luce en fiestas, reuniones o galas nocturnas y en trajes adecuados a la ocasión.