Responsabilidad profesional y la cultura profesional
La centramos en esa sanción interior de la conciencia, que inclusive puede estar en pugna con la exterior, social o jurídica. Así en las emergencias, por ejemplo, puede aparecer un conflicto entre las leyes.
No hay que confundir el ser competente con científico o técnico, con el ser competente como personal-profesional; lo primero es una parte de lo segundo, y, a veces, esta parte sola, conduce a un “sabio distraído” (falto de realismo) o bien a un “sabio intratable” (trato rígido), o a “sabio no comunicativo”, en el fondo s in gusto por conversar de su trabajo con otras personas.
Se han elegido tres deberes que ayudan a la competencia técnica: la afición a los temas objeto del trabajo, la flexibilidad y el realismo.
La cultura profesional
-La cultura no es una decoración adjetiva de la personalidad, ni es hacerlo más útil o decoroso.
-La cultura no es tampoco erudición, por la cual un hombre acumula conocimientos. Esta es la diferencia fundamental entre un profesor y un maestro; entre un reportero y un periodista.