Pensamiento visual

La misión del pensamiento visual en el aula es triple. Empieza con la vista. La observación es un medio básico para reunir e interpretar información en la mayoría de los campos. Enseñar a los alumnos a comprender y utilizar representaciones gráficas les facilita un instrumento que mejora su comprensión y les permite clarificar su pensamiento y comunicar sus ideas a otros.

Finalmente, los alumnos necesitan ayuda para desarrollar su ojo interno. Visualizar, o sea, la capacidad de generar y manipular imágenes visuales, ayuda en una amplia variedad de tareas, entre ellas recordar informaciones, aprender a deletrear palabras, efectuar funciones matemáticas y resolver problemas prácticos que impliquen relaciones espaciales.

Cuando un profesor presenta información de modo a la vez verbal y visual, los alumnos que son principalmente procesadores visuales tienen una posibilidad mucho mayor de triunfar en clase. Se benefician de que se les ofrezca información en la modalidad para ellos más interesante, pero también hay beneficio para los alumnos que son muy verbales, aunque éstos puedan oponer resistencia a actividades que exijan dibujar y otras formas de representación visual.

Estos alumnos necesitan un reto que les impulse a desarrollar sus capacidades visuales, pues si se les permite confiar excesivamente en su capacidad verbal, no mejorarán su complemento visual. Si bien puede que consigan buenos resultados en la escuela, serán deficientes en una habilidad del pensamiento que reviste importancia en todos los aspectos de la vida.

No necesita usted ser gran pensador visual para ser un maestro visual. En realidad, el maestro muy verbal que se anima a redescubrir sus capacidades visuales puede aportar un vigoroso modelo para que los alumnos exploren y amplíen su propio pensamiento visual.

La percepción visual es una parte importante de la mayoría de temas enseñados en la escuela. Las ciencias naturales y las ciencias sociales se basan en la observación; las matemáticas implican una percepción de relaciones que a menudo pueden ser representadas visualmente.

Uno de los objetivos de la escuela consiste en facilitar a los alumnos una experiencia mediante la cual puedan desarrollar y refinar sus capacidades de observación. Con demasiada frecuencia, la finalidad de los ejercicios aplicados en el aula es demostrar un principio que está en el libro, cosa que puede ayudar a los alumnos a recordar la información durante algún tiempo, pero que no les enseña a descubrir informaciones por su cuenta. Es necesario poner como mínimo tanto empeño en los procesos de observación como en los principios que los experimentos tienen la misión de demostrar.